Para algunas personas mayores, la alegría del sexo puede verse empañada por preocupaciones de dinero: ¿pueden solventar los medicamentos que necesitan para mejorar su experiencia entre las sábanas?
Medicare, y muchas aseguradoras privadas, no cubren los medicamentos recetados para tratar problemas que a veces surgen al tener relaciones sexuales. Desarrollos recientes, incluida la aprobación de versiones genéricas de medicamentos populares como Viagra y Cialis, ayudan a los consumidores a pagar estos tratamientos. Sin embargo, para muchas personas, la única opción puede ser tener que pagar por medicamentos caros.
A los 68 años, al igual que muchas mujeres posmenopáusicas, Kris Wieland, de Plano, Texas, experimenta sequedad vaginal que puede hacer que las relaciones sexuales sean dolorosas. Sus síntomas se amplifican por el síndrome de Sjogren, un trastorno del sistema inmunológico que generalmente causa sequedad en los ojos y la boca, y que puede afectar otros tejidos.
Antes que Wieland fuera elegible para Medicare, su ginecólogo le recetó Vagifem, un supositorio que repone el estrógeno vaginal, una hormona que disminuye durante la menopausia. Eso le permitió tener relaciones sexuales sin dolor. El plan del empleador de su esposo cubrió el medicamento y su copago fue de aproximadamente $100 cada dos meses.
Sin embargo, después que se inscribió en Medicare, su plan de la Parte D le negó la cobertura del medicamento.
“Me parece muy discriminatorio que no paguen por ningún medicamento que permita tener actividad sexual”, dijo Wieland. Ella planea apelar.
Según la ley, los medicamentos utilizados para tratar la disfunción eréctil o la disfunción sexual están excluidos de la cobertura de la Parte D, a menos que se usen como parte de un tratamiento aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) para una condición diferente. Las aseguradoras privadas generalmente adoptan un enfoque similar, ya que los medicamentos para tratar la disfunción sexual están relacionados con el estilo de vida y no son médicamente necesarios, explicó Brian Marcotte, CEO del National Business Group on Health, que representa a grandes empleadores.
Por ejemplo, Medicare puede pagar si a alguien se le receta sildenafil, el nombre genérico de Viagra, y otro medicamento de marca llamado Revatio, para tratar la hipertensión arterial pulmonar, un tipo de presión arterial alta en los pulmones. Pero, por lo general, no cubre el mismo medicamento si se receta para la disfunción eréctil.
Las mujeres como Kris Wieland pueden toparse con un problema similar. Una variedad de cremas, supositorios y anillos hormonales aumentan el estrógeno vaginal después de la menopausia para que se pueda tener relaciones sexuales sin dolor. Pero los medicamentos recetados para tratar ese problema generalmente no han sido cubiertos por Medicare.
Los expertos en medicina sexual dicen que estas exclusiones no son razonables.
“La disfunción sexual no es solo un problema de estilo de vida”, dijo Sheryl Kingsberg, psicóloga clínica y jefa de medicina conductual en el University Hospitals MacDonald Women’s Hospital, en Cleveland. Kingsberg es ex presidenta de la North American Menopause Society, una organización para profesionales que tratan a mujeres con estos problemas. “Para las mujeres, estos son síntomas posmenopáusicos”.
El alivio puede estar a la vista para algunas de ellas. La primavera pasada, los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) enviaron una guía para los planes de la Parte D diciendo que podrían cubrir medicamentos para tratar la dispareunia moderada a severa, el nombre científico para las relaciones sexuales dolorosas causadas por la menopausia. Los planes no están obligados a ofrecer esta cobertura, pero pueden hacerlo, según los funcionarios de los CMS.
La North American Menopause Society aplaudió el cambio.
“La dispareunia es un síntoma médico asociado con la pérdida de estrógeno”, dijo Kingsberg. “Lo habían vinculado con la disfunción sexual, pero es un problema relacionado con la menopausia”.
Para los hombres que sufren disfunción eréctil, el tratamiento puede conferir beneficios físicos y emocionales, según expertos en salud sexual.
“En mi trabajo clínico, veo muchas parejas mayores”, dijo Sandra Lindholm, psicóloga clínica y terapeuta sexual, quien también es enfermera practicante en Walnut Creek, California. “Están muy interesadas en el sexo, y sienten que son capaces de seguir adelante con sus vidas eróticas. Pero puede haber problemas médicos que deben abordarse”.
Aproximadamente el 40% de los hombres mayores de 40 años tiene dificultades para lograr o mantener una erección, según estudios, y el problema aumenta con la edad. Un porcentaje similar de mujeres posmenopáusicas experimentan el síndrome genitourinario de la menopausia, un término usado para describir una serie de síntomas relacionados con la disminución de los niveles de estrógeno, que incluyen sequedad vaginal, picazón, y dolor durante las relaciones sexuales, así como un mayor riesgo de infecciones del tracto urinario.
El deseo sexual bajo es otra queja común entre mujeres y hombres. En 2015, se aprobó un medicamento llamado Addyi para tratar el trastorno del deseo sexual bajo en mujeres pre menopáusicas. Pero muchas aseguradoras no lo cubren.
Desafortunadamente, los medicamentos que tratan estas afecciones pueden costar a las personas cientos de dólares al mes si sus seguros no cubren ninguna de las opciones. Por ejemplo, una receta de 10 tabletas para Viagra en una dosis típica de 50 miligramos puede costar más de $600, mientras que el precio de ocho tabletas de Vagifem puede superar los $200, según GoodRx, un sitio web que publica los precios y descuentos actuales de medicamentos.
En los últimos años, han salido al mercado versiones genéricas mucho más asequibles de algunos de estos medicamentos.
Las versiones genéricas de Viagra y Cialis, otra droga popular para la disfunción eréctil, pueden estar disponibles por solo unos pocos dólares por píldora.
“Ya nunca escribo una receta para Viagra”, dijo la doctora Elizabeth Kavaler, uroginecóloga del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York. “Estos genéricos son soluciones baratas para los hombres”.
También hay versiones genéricas de algunos productos para mujeres, incluido el dispositivo vaginal yuvafem y la crema vaginal de estradiol.
Pero incluso esas opciones genéricas suelen ser relativamente caras. Algunos pacientes no pueden pagar $100 por un tubo de crema genérica de estradiol vaginal, dijo la doctora Mary Jane Minkin, profesora clínica de obstetricia, ginecología y medicina reproductiva en la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale.
“Les pregunto: ‘¿Probaste alguna de las cremas?’ Y dicen que usaron la muestra que les di. Pero no compraron la receta porque era demasiado cara”.
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorial independiente de la Kaiser Family Foundation.