Con los demócratas controlando de nuevo la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, podría parecer que la lucha por los derechos del aborto volvió a punto muerto.
Después de todo, sus partidarios dentro del grupo demócrata estarán en posición de bloquear el tipo de restricciones con las que los republicanos avanzaron en los últimos dos años, mientras tuvieron el control del Congreso.
Pero los que están a ambos lados del debate insisten en que ese no será el caso.
A pesar que los republicanos perdieron la Cámara de Representantes, las fuerzas anti aborto obtuvieron una de sus victorias más deseadas en décadas con la confirmación del juez Brett Kavanaugh para la Corte Suprema. Ahora, con una posibilidad más fuerte de una mayoría de 5 a 4 a favor de más restricciones, los grupos en contra del aborto están ansiosos por llevar los casos de prueba al tribunal superior.
Y eso es sólo el comienzo.
“Nuestra agenda está muy centrada en el poder ejecutivo, las próximas elecciones y los tribunales”, dijo Marjorie Dannenfelser, presidenta de la organización contra el aborto Susan B. Anthony List. Agregó que los nuevos jueces que el presidente Donald Trump nominó, y el Senado confirmó, para los tribunales federales inferiores reflejan “la victoria de un legado”.
Se espera que la mayoría republicana en el Senado continúe llenando los tribunales federales inferiores con jueces que han sido examinados por grupos contra el aborto.
Los partidarios de los derechos del aborto creen que también pueden avanzar en 2019.
“Esperamos que 25 estados promuevan leyes que amplíen o protejan el acceso al aborto”, expresó la doctora Leana Wen, quien asumió el cargo de presidenta de Planned Parenthood Federation of America en noviembre. Si la decisión histórica de la Corte Suprema de 1973 sobre Roe vs. Wade finalmente se anula, los estados decidirán si el aborto será legal y bajo qué circunstancias.
Las siguientes son las cuatro vías a través de las cuales se desarrollará el debate sobre los servicios de salud reproductiva para las mujeres en 2019:
El Congreso
En 2017 y 2018, el Congreso controlado por los republicanos demostró ser incapaz en de lograr uno de los objetivos más grandes del movimiento contra el aborto: desalojar a Planned Parenthood de Medicaid, el programa de seguro de salud federal gerenciado por los estados para personas de bajos ingresos. Los opositores al aborto no quieren que Planned Parenthood obtenga fondos federales porque, en muchos estados, funciona como un proveedor de abortos (aunque los realiza con recursos que no son federales).
Aunque los republicanos tienen una ligera mayoría en el nuevo Senado, esa mayoría seguirá siendo muy inferior a los 60 votos necesarios para bloquear cualquier acto filibustero demócrata.
Debido a que los demócratas generalmente apoyan a Planned Parenthood, el cambio de poder en la Cámara de Representantes hace que las posibilidades de quitarle fondos a la organización sean aún más escasas, para consternación de los opositores al aborto.
“Estamos bastante decepcionados de que, a pesar de tener un Congreso republicano durante dos años, Planned Parenthood no dejara de recibir financiamiento”, dijo Kristan Hawkins, del grupo contra el aborto Students for Life of America. “Esta fue una de las promesas del presidente Trump a la comunidad pro-vida, y debería haberlo exigido”, agregó.
Otra arena de probables peleas será el futuro de varias restricciones contra el aborto que son rutinariamente parte de las cuentas de gastos anuales. Estas incluyen la llamada Enmienda Hyde, que prohíbe la mayoría de los fondos federales para el aborto en Medicaid y otros programas de salud del Departamento de Salud y Servicios Humanos. También estarán en disputa: las restricciones a los subsidios a grupos internacionales que apoyan los derechos del aborto, y los límites al aborto en prisiones federales y en el ejército.
Sin embargo, ahora que tienen una mayoría sustancial en la Cámara de Representantes, “los demócratas están en condiciones más firmes para exigir y esperar proyectos de apropiaciones limpios”, dijo Wen, de Planned Parenthood. Si bien es probable que los republicanos del Senado vuelvan a agregar esas restricciones, “tendrán que pasar por el proceso de enmienda”, dijo. Y eso podría traer mayor atención a los temas.
Con el control de los comités de la Cámara de Representantes, los demócratas también pueden establecer agendas, celebrar audiencias y llamar a testigos para hablar sobre los temas que desean promover.
“Incluso si los proyectos de ley no llegan a buen término, ponerlos en el centro de atención, obligando a los legisladores hablar públicamente del tema, eso tiene valor”, dijo Wen.
La administración Trump
Si bien es poco probable que el Congreso esté de acuerdo sobre una legislación de salud reproductiva en los próximos dos años, la administración Trump todavía está persiguiendo una agenda agresiva contra el aborto, utilizando su poder de regulación.
En cualquier momento, se espera una regla final que recorte una parte significativa de los fondos federales de Planned Parenthood, no de Medicaid sino del Programa de planificación familiar conocido como Título X. A través de este programa, Planned Parenthood proporciona anualmente servicios de planificación familiar y otros servicios de salud que no involucran a un aborto a aproximadamente el 40% de los 4 millones de pacientes del programa.
La propuesta de la administración, revelada en mayo pasado, requeriría efectivamente que Planned Parenthood separara físicamente los centros que realizan abortos de aquellos que brindan servicios con fondos federales, e impediría las referencias de abortos para mujeres que tienen embarazos no deseados. Planned Parenthood ha dicho que es probable que se presente una demanda contra las nuevas reglas cuando éstas se finalicen. La Corte Suprema confirmó en 1991 un conjunto similar de restricciones que nunca llegaron a implementarse.
Los opositores al aborto también están presionando para terminar con los fondos federales para cualquier investigación que use tejido de fetos producto de abortos, un tipo de investigación que fue autorizada por el Congreso a principios de los años noventa.
“Es muy importante que lleguemos a prohibir la investigación del tejido fetal, y buscar agresivamente alternativas éticas”, dijo Dannenfelser.
Legislaturas estatales
Desde 2010, los opositores al aborto han superado más de 400 restricciones a nivel estatal, según el Instituto Guttmacher, un grupo de expertos en derechos del aborto. De acuerdo con el instituto, solo en 2018, 15 estados adoptaron 27 nuevos límites al aborto y a la planificación familiar.
“Algunos son un ejercicio para ver cuáles casos pueden llegar a la Corte Suprema”, dijo Destiny López, codirectora del grupo de derechos de aborto All * Above All. “Algo así como ‘arrojemos espaguetis contra la pared a ver cuál queda pegado’”.
Pero 2018 también marcó un punto de inflexión. Fue la primera vez en años que el número de acciones estatales que apoyan los derechos de aborto superó a las restricciones. Por ejemplo, Massachusetts aprobó una medida para derogar una prohibición previa a Roe sobre el aborto que entraría en vigencia si Roe fuera anulado. El estado de Washington aprobó una ley para exigir la cobertura del aborto en los planes de salud que ofrecen cobertura de maternidad.
Los tribunales federales
El destino de todas estas normas se decidirá, eventualmente, en los tribunales.
De hecho, varias restricciones estatales ya están en camino hacia la Corte Suprema y podrían servir como un vehículo para restringir o anular Roe vs. Wade.
Entre las leyes estatales que podrían estar más cerca de desencadenar tal revisión se encuentra una ley de Indiana que prohíbe el aborto por selección de género o fallas genéticas, entre otras cosas. También se espera una decisión judicial final sobre una ley de Alabama que prohibiría el método más común de aborto en el segundo trimestre: la dilatación y evacuación.
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorial independiente de la Kaiser Family Foundation.