A pocas millas de Disney World, el imperio hotelero de Harris Rosen está cerrado casi por completo debido a la pandemia de COVID.
Una condición crucial para la reapertura será evaluar a sus 4,000 empleados que muestran signos potenciales de tener la enfermedad, dijo.
Desde marzo, la compañía ha hecho pruebas a más de 500 trabajadores en su clínica de salud para empleados y en su sitio improvisado de pruebas al paso en Orlando, Florida. Dieciséis dieron positivo para COVID-19.
Cuando Rosen Hotels & Resorts, que comprende ocho hoteles con casi 7,000 habitaciones en el área de Orlando, reabra más tarde esta primavera o verano, planea que los empleados llenen regularmente un cuestionario sobre su salud y su historial de viajes.
A todos se les tomará la temperatura cuando lleguen, y aquellos con fiebres superiores a 99 ° F no podrán entrar a trabajar. Rosen aún está trabajando en detalles de su estrategia, pero también planea hacerles una prueba a aquéllos que tengan fiebre u otros síntomas de COVID-19.
La cadena Rosen está por delante de muchas empresas que aún sopesan las opciones para la reapertura. Esto se debe en parte a que desde 1991 ha brindado atención médica a través de una clínica exclusiva para sus empleados.
“Las empresas preguntan qué es necesario para reabrir negocios de manera segura, y ven las pruebas como algo clave”, dijo Stephen Ezeji-Okoye, director médico de Crossover Health, que administra clínicas de salud en empresas.
En los Estados Unidos y en todas las industrias, las empresas han cerrado durante el último mes o han operado a una capacidad significativamente reducida.
Las plantas de procesamiento de carne en el centro del país han cerrado porque los espacios de trabajo reducidos generaron brotes, los hogares de adultos mayores en todo el país han visto muertes entre los miembros del personal necesarios para cuidar a los residentes enfermos, y las azafatas informan que aumentaron los casos de la enfermedad.
Ahora, mientras la mitad de los estados comienzan la delicada tarea de relajar la norma de quedarse en casa, y permitir que las empresas reabran, Rosen es uno de los muchos empleadores que se ven envueltos en el debate sobre cómo mantener seguros a empleados y clientes.
Algunos empleadores dicen que las pruebas y los exámenes de detección pueden ayudar a reducir las transmisiones y los temores de los trabajadores.
“Los empleadores están tremendamente interesados en las pruebas porque quieren asegurarse que sus lugares de trabajo sean lo más seguros posible”, dijo el doctor Jeff Levin-Scherz, de Willis Towers Watson, una firma consultora. “Las pruebas deben ser un componente para reducir el riesgo, pero no es toda la estrategia”.
Sin embargo, funcionarios de salud y políticos han estado discutiendo este tema desde marzo.
Sin embargo, Rosen Hotels & Resorts dice que no anticipa ningún problema para asegurar los kits de prueba. Si bien todavía hay partes del país con escasez de pruebas, el centro de Florida no es una de ellas. El área de Orlando tiene al menos dos docenas de sitios para pruebas, y el gobernador Ron DeSantis dijo durante una reunión en la Casa Blanca: “nuestra capacidad de prueba excede la demanda actual”.
Sin embargo, para muchas empresas, un programa de pruebas es un desafío.
“Es un momento difícil para los empleadores que hacen todo lo posible para proteger a los empleados”, dijo el doctor Mohannad Kusti, director médico corporativo de US Steel Corp., con sede en Pittsburgh. La compañía espera decidir este mes si comenzará a realizar pruebas a sus 18,000 empleados en ubicaciones en Pennsylvania, Indiana, Alabama y otros estados.
Kusti dijo que las pruebas no son perfectas, pero podrían aumentar el arsenal de armas contra el virus, lo que incluye exigir que los trabajadores usen guantes y máscaras faciales, y aumentar el distanciamiento social cuando corresponda.
La compañía ha dudado en comenzar a probar en parte debido a la falta de pruebas y preocupaciones sobre su precisión, dijo.
En Nevada, Wynn Resorts, que posee dos grandes hoteles en Las Vegas, se ha asociado con el Centro Médico de la Universidad del Sur de Nevada para proporcionar pruebas gratuitas a todos sus empleados de Las Vegas, ya sea en el lugar de trabajo o en un sitio designado por el hospital.
“Esto garantizará que los empleados de Wynn que deseen hacerse la prueba tengan acceso a pruebas COVID-19 confiables y precisas con mucha anticipación y que conduzcan a la apertura del complejo”, dijo Wynn en un comunicado.
Territorio sin explorar
Los empleadores con clínicas de salud propias están mejor posicionados para realizar pruebas porque probablemente tengan acceso a suministros y a los proveedores de salud necesarios para administrarlas, dijo Mike Thompson, CEO de la National Alliance of Healthcare Purchaser Coalitions.
Por ejemplo, a principios de este año, Microsoft comenzó un programa de pruebas para trabajadores en su sede de Redmond, Washington. Intel Corp. dijo que está investigando el tema, pero no ha decidido cómo proceder. Amazon dijo que está estableciendo un sistema de laboratorios para comenzar a evaluar a sus trabajadores en todo el país.
“Las pruebas regulares a escala mundial, en todas las industrias, ayudarían a mantener a las personas seguras y a que la economía vuelva a funcionar”, escribió el CEO de Amazon, Jeff Bezos, en una carta reciente a los accionistas.
San Francisco se asoció recientemente con una compañía privada de pruebas de genómica, llamada Color, para proporcionar pruebas para COVID-19 a cualquier empleado de la ciudad, contratistas y otros trabajadores “esenciales” con síntomas de la enfermedad.
“La realidad es que todos estamos navegando aguas desconocidas”, dijo el CEO de Color, Othman Laraki. Los empleadores quieren ofrecer pruebas para ayudar a sus trabajadores y clientes a los que atienden a sentirse más seguros, dijo.
Alrededor de un tercio de los empleadores encuestados por Pacific Business Group on Health en abril dijeron que están realizando pruebas a los empleados en el trabajo, o cerca, o que lo están considerando.
Sin embargo, algunos expertos cuestionan si tales esfuerzos harán la diferencia.
El doctor Jamal Hakim, director de operaciones de Orlando Health, un gran sistema hospitalario en la ciudad de Florida, dijo que no ve estas pruebas como una panacea. Sugirió que una estrategia más efectiva sería asegurarse que los empleados se queden en casa si tienen algún síntoma de COVID-19, como fiebre y tos seca, y que se laven las manos con frecuencia y no se toquen la cara.
Parte del desafío con las pruebas es que alguien recién infectado puede no presentar un resultado positivo durante varios días. Alguien también puede infectarse después de la prueba. También lleva al menos un día tener los resultados, lo que le da al virus más tiempo para propagarse sin control.
Nueva reglas
Generalmente, los empleadores no pueden consultar sobre las condiciones médicas de los trabajadores.
Pero la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo, la agencia federal que hace cumplir las leyes de derechos civiles en el lugar de trabajo, emitió nuevas reglas en abril que permiten a los empleadores realizar pruebas de COVID-19 como condición para ingresar al espacio de trabajo.
La única advertencia es que los empleadores deben evaluar a todos los empleados o, si se selecciona solo a ciertos empleados para la prueba, el empleador debe tener una razón para hacerlo, como evaluar a los empleados que muestran tos persistente u otros síntomas asociados con la enfermedad.
A pesar de los inconvenientes, muchos empleadores grandes están avanzando en un esfuerzo por mantener a los trabajadores seguros.
Watlow, con sede en St. Louis, un fabricante mundial de productos térmicos con 1,600 empleados en el país, comenzó este mes a realizar pruebas a los trabajadores que creen haber estado expuestos a personas con COVID-19, así como a los que viajan a su planta de México, para chequear la presencia del virus o de anticuerpos.
Además, se toma la temperatura de cada empleado cuando llegan al trabajo, y se envía de vuelta a casa a cada persona que tenga más de 99.2 ° F. Los empleados usan máscaras en el trabajo y se instalaron barreras entre algunas estaciones de trabajo para promover el distanciamiento social.
Desde del 6 de mayo, Watlow ha evaluado a menos de una docena de personas en su clínica, dijo Sheryl Hicks, vicepresidenta de recursos humanos. La compañía está evaluando si puede o debe evaluar a todos.
“Estamos aprendiendo sobre la marcha”, dijo Hicks. “Hay un costo para estas cosas, pero si se nos da más información para mantener a las personas seguras o proporcionar un entorno más seguro para la gente, eso será algo bueno”.
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorial independiente de la Kaiser Family Foundation.