Hablando francamente sobre salud mental en las redes sociales

(DigitalVision Vectors/Getty Images)

Susanna Harris estaba en la clase de laboratorio de su programa de posgrado en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill cuando recibió un correo electrónico informándole que había reprobado lo que se describe como “el examen más importante en la escuela de posgrado”: la prueba de calificación doctoral. Harris se tomó el resto del día libre, fue a su casa y horneó galletas.

Después continuó con su rutina habitual: laboratorio, trabajo y casa. Todo parecía estar bien hasta que se dio cuenta que le costaba concentrarse por la falta de sueño. Decidió ir a la enfermería del campus para pedir una receta de píldoras para dormir. En cambio, el médico le dijo que podría darle una receta, pero de antidepresivos.

Harris se sorprendió de lo común que es la depresión entre los estudiantes de medicina, así que comenzó a compartir aspectos de su propia experiencia de salud mental en las redes sociales creando una cuenta de Twitter y el hashtag #PhDBalance.

Allí, las personas comparten historias que de otro modo mantendrían en privado: relatos de ansiedad, depresión, abuso, adicciones, estrés post traumático. Otros comentan publicaciones y se comunican con el autor. “Por lo que están viviendo, la gente ha encontrado amigos y compatriotas a través de nuestra página, y creo que eso es hermoso”, dijo Harris, quien también compartió sus experiencias en el escenario de The Monti, una organización sin fines de lucro en Carolina del Norte que invita a las personas a contar sus historias personales

Si bien las luchas de salud mental se mantuvieron tradicionalmente en privado, en los últimos años, un número creciente de pacientes está adoptando la estrategia opuesta: compartirlas con el mundo, a través de las redes sociales.

Celebridades y figuras públicas como los actores Dwayne Johnson y Gina Rodríguez, y la cantante Ariana Grande, han utilizado las redes sociales como una plataforma para compartir historias sobre su salud mental, y alentar a otros. Kevin Love, de los Cleveland Cavaliers, comenzó a usar su cuenta de Twitter para compartir sus problemas después de escribir un artículo para The Players’ Tribune, una nueva compañía de comunicación que brinda a los atletas una plataforma para conectarse directamente con sus seguidores.

El artículo destacó cómo se dio cuenta de que compartir su historia no solo mejora su vida, sino también la de otros.

Sammy Nickalls, de Lebanon, Pensilvania, es editora y escritora y que creó el hashtag #TalkingAboutIt en 2015. Nickalls dijo que lo hizo porque, como descubrió un estudio de la Universidad de Michigan, Facebook y otras redes sociales pueden hacer que las personas se sientan peor porque tienden a mostrar los aspectos más felices de la vida de los usuarios.

“Cuando todo lo que ves son aspectos destacados de la vida de las personas, las redes sociales fomentan las comparaciones, el miedo”, dijo Nickalls. “Es por eso que quería comenzar #TalkingAboutIt, porque si también nos abrimos sobre nuestros tiempos oscuros, será menos probable que las redes sociales hagan que los usuarios se sientan solos y sientan que sus vidas no están a la altura de la de los demás”.

Las personas a menudo se conectan entre sí mediante hashtags como #TalkingAboutIt y #mentalhealth que llegan a un público amplio. Otros, como #YouGoodMan y #YouOkSis, se crearon específicamente para problemas de salud mental en la comunidad afroamericana. Personas con trastornos de ansiedad usan el hashtag #ThisIsWhatAnxietyFeelsLike.

Los usuarios también han utilizado las redes sociales para expresar su creciente ansiedad por los tiroteos masivos. El hashtag #ItsGettingTooHardTo comenzó a usarse en Twitter en respuesta a los tiroteos masivos que ocurrieron en El Paso, Texas, y Dayton, Ohio. El hashtag #IAmNotDangerous se utilizó para combatir las declaraciones erróneas de que la enfermedad mental es responsable de llevar a las personas a cometer tiroteos masivos.

Lauren Evans, profesional de relaciones públicas de Filadelfia, es una sobreviviente de violencia doméstica que fue diagnosticada con trastorno de estrés postraumático, depresión y ansiedad en 2013. La comunidad que encontró en Twitter, Instagram y Facebook la ayudó a sobrellevar esos diagnósticos.

Evans mantiene el hashtag #DVsurvivor y las palabras “Mental Health Advocate” en su biografía de Instagram para ayudarla a encontrar otras cuentas similares en las redes sociales. Encontrar a otros que entendieron su lucha y no descartaron sus sentimientos fue invalorable. Evans contó que las redes sociales “han sido una de las cosas más útiles para que mi voz se sienta validada, especialmente en relación con el trauma que viví. También es muy bueno relacionarse con otras personas que están viviendo lo mismo, hace que se sienta algo más aceptado socialmente”.

También es común que las organizaciones utilicen las redes sociales como una plataforma para compartir información, consejos y estrategias. La Alianza Nacional de Salud Mental tiene una página de Facebook que proporciona información sobre eventos y un espacio seguro para que las personas discutan sus preocupaciones.

El doctor Isaiah Pickens, psicólogo clínico en Los Ángeles y fundador de IOpening Enterprises, cree que, cuando se usan de manera incorrecta, las redes sociales pueden tener un impacto negativo. “También pueden exacerbar los problemas si no es el tipo correcto de comunidad y si es una comunidad que potencialmente responde de manera tóxica”, dijo Pickens. “Puede pasar a veces que las personas intentan compartir su experiencia y esto exacerba el acoso o la violencia que puedan estar sufriendo”.

Pickens advierte que las personas deben pensar en las redes sociales como una herramienta secundaria y obtener ayuda de profesionales y grupos de apoyo tradicionales. Busca grupos en las redes sociales que compartan tu problema, dijo, y date permiso para retener algunos aspectos de tu vida. Es importante establecer límites.

Para las personas que son abiertas sobre su salud mental en las redes sociales, existe la posibilidad de que se enfrenten a una reacción violenta de amigos, familiares o compañeros de trabajo. “Una vez, en el mismo día, cometí un error comprensible y humano en el trabajo y también había estado hablando sobre mi salud mental en línea”, dijo Nickalls, “mi entonces empleador me dijo algo como ‘Tal vez deberías concentrarte más en tu trabajo y menos en tu salud mental’”.

Pero agregó que, “creo que las personas en general piensan en la salud mental de manera diferente a como lo hacían antes, y están utilizando las redes sociales para buscar apoyo y una comunidad”.

Si tú o alguien que conoces ha hablado sobre contemplar el suicidio, llama a la Línea Nacional de Prevención del Suicidio al 1-800-273-8255, o usa el chat en línea dcrisis, ambos disponibles las 24 horas del día, los siete días de la semana.

Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorial independiente de la Kaiser Family Foundation.

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