En el norte de California, el pastor de una mega iglesia reparte formularios de exención religiosa a sus feligreses. Un senador estatal de Nuevo México ayudará con este documento, apuntando al uso de células fetales en el desarrollo de algunas vacunas, décadas atrás.
Y un evangelista con sede en Texas ofrece cartas de exención a cualquier persona, por una “donación” sugerida a partir de $25.
Con los mandatos de vacunas en los lugares de trabajo más cerca, los que se oponen están recurriendo a un argumento, que en muchas ocasiones ha sido efectivo, para evitar vacunarse contra covid-19: que las vacunas interfieren con sus creencias religiosas.
Ninguna iglesia mayor se opone a la vacunación. Incluso la Christian Science Church, cuyos seguidores dependen en gran medida de la oración en lugar de la medicina, no impone una política oficial. Aconseja “respeto por las autoridades de salud pública y obediencia consciente a las leyes del país, incluidas las que requieren vacunación”.
Y si una persona afirma que sus creencias religiosas prohíben la vacunación, es poco probable que el argumento se pueda sostener en una corte, dicen expertos legales. Aunque algunos miembros del clero se han manifestado en contra las vacunas, no tienen una justificación en los textos religiosos para sostener sus posiciones.
Aún así, la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC) de los Estados Unidos otorga un amplio margen de maniobra a lo que constituye una creencia religiosa sincera. Como resultado, algunos expertos predicen que la mayoría de los empleadores y administradores no querrán desafiar tales objeciones de sus empleados.
“Tengo la sensación de que no mucha gente va a querer pelear por este tema”, dijo el doctor John Swartzberg, experto en enfermedades infecciosas y profesor de la Universidad de California-Berkeley.
La aprobación completa por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de la vacuna de Pfizer-BioNTech el 23 de agosto podría llevar el tema a un punto crítico. Muchas agencias gubernamentales, proveedores de atención médica, universidades y el Ejército habían estado esperando antes de volverla mandatoria.
California, que abolió las exenciones no médicas para la vacunación infantil en 2015, ha liderado el camino en los mandatos de vacunas contra covid. La orden del 26 de julio del gobernador demócrata Gavin Newsom para que los empleados estatales y los trabajadores de salud se vacunen por completo o se sometan a pruebas semanales fue la primera de su tipo, al igual que una declaración similar el 11 de agosto para todos los maestros y el personal de las escuelas públicas y privadas.
El sistema de la Universidad Estatal de California de 23 campus se unió a la Universidad de California (UC) para exigir la vacunación de todos los estudiantes y el personal, y compañías como Google, Facebook y Twitter han anunciado una prueba obligatoria de vacunación para los empleados que regresan a sus oficinas.
UC exige prueba de vacunación para todo el personal y los estudiantes en sus 10 campus, una decisión que potencialmente afecta a medio millón de personas. Pero como muchas otras empresas, deja espacio para aquellos que quieran solicitar una exención “por motivos médicos, de discapacidad o religiosos”, y agrega que la ley lo exige.
Nada en la historia sugiere que una gran cantidad de estudiantes o miembros del personal usen este recurso, pero ninguna conversación previa sobre vacunas ha sido tan abiertamente politizada como la que surgió en torno a covid.
“Este país va a cumplir mandatos. Así es. Se han probado todas las demás alternativas”, dijo la doctora Monica Gandhi, experta en enfermedades infecciosas de UC-San Francisco. “Esa frase, ‘exención religiosa’, es muy amplia. Pero va a ser bastante difícil en el clima actual, en una crisis de salud masiva, con una vacuna que funciona, simplemente dejar pasarlas”.
Las iglesias anti-vacunas han ofrecido durante mucho tiempo a los padres reacios formas de eximir a sus hijos de las vacunas, pero en estos días las iglesias, los negocios religiosos basados en Internet y otros parecen estar ofreciendo exenciones de vacunación por covid al por mayor.
El doctor Gregg Schmedes, senador estatal republicano y otorrinolaringólogo en Nuevo México, usó una publicación de Facebook del 19 de agosto para dirigir a los trabajadores de salud “con la creencia religiosa de que el aborto es inmoral” hacia un sitio que intenta catalogar el uso de células de fetos producto de abortos para probar o producir varias vacunas contra covid. Una vacuna distribuida en los Estados Unidos, la de Johnson & Johnson, no las usa, pero sí se produce utilizando un cultivo celular que se originó en parte en las células de la retina de un feto abortado en 1985.
Así y todo, el Vaticano ha considerado “moralmente aceptable” vacunarse contra covid. De hecho, el Papa Francisco lo declaró “una elección moral porque se trata de su vida, pero también de la vida de los demás”. En un número creciente de diócesis, Chicago, Philadelphia, Los Ángeles y Nueva York, entre otras, los obispos han instruido a los sacerdotes y diáconos a no firmar ninguna carta que otorgue el “imprimatur” (el sello oficial) de la iglesia a una solicitud de exención religiosa.
Schmedes no respondió a las preguntas formuladas por KHN por correo electrónico.
Mientras tanto, en la ciudad de Rocklin, en el área de Sacramento, una iglesia que desafió abiertamente las órdenes de cierre de Newsom el año pasado ha entregado cientos de cartas de exención. Greg Fairrington, pastor de la Iglesia Cristiana Destiny, dijo a los asistentes a un servicio religioso: “Nadie debería poder exigir que se vacunen a riesgo de perder el trabajo. Eso no está bien aquí en los Estados Unidos”.
Las pautas de la EEOC sugieren que los empleadores hagan “ajustes razonables” para aquellos que tengan una objeción religiosa sincera a una regla del lugar de trabajo. Eso podría significar trasladar a un empleado no vacunado a una parte aislada de la oficina, que implique menos contacto interpersonal. Pero el empleador no está obligado a hacer nada que genere en una dificultad excesiva.
En cuanto a la objeción en sí, el consejo de la comisión es vago. Los empleadores “normalmente deberían asumir que la solicitud de un empleado se basa en una creencia religiosa sincera”, dice la EEOC. Los empleadores tienen derecho a solicitar documentación de respaldo, pero las creencias religiosas de los empleados no tienen que ceñirse a ninguna fe específica u organizada.
La distinción entre religión e ideología se vuelve difusa entre quienes buscan exenciones.
Una maestra de preescolar en Turlock, California, recibió una carta de exención de su pastor, que las ofrecía a quienes sentían que recibir una vacuna era “moralmente comprometedor”. Cuando KHN le preguntó a través de un mensaje directo por qué buscaba la exención, la mujer dijo que no se sentía cómoda de vacunarse debido a “lo que hay en la vacuna”, y luego agregó: “¡Personalmente, he superado a ‘Covid’ y al control que está tratando de imponernos el gobierno!”.
Al igual que otros solicitantes de exenciones, incluso aquellos que han publicado en grupos antivacunas de Facebook, temían que otras personas supieran que habían pedido una exención.
Una técnica quirúrgica que trabaja en Dignity Health, que ordenó que sus empleados estén completamente vacunados para el 1 de noviembre, dijo que estaba esperando una respuesta del departamento de recursos humanos de la compañía sobre su solicitud de una exención religiosa.
La mujer explicó libremente sus razones haciendo referencia a dos pasajes de la Biblia y enumerando los ingredientes de la vacuna que dijo son “dañinos para el cuerpo humano”. Pero no quería que nadie supiera que había solicitado la exención religiosa.
El derecho de un estado a exigir la vacunación se ha establecido como ley desde un fallo de la Corte Suprema de 1905 que confirmó la vacunación obligatoria contra la viruela en Massachusetts. Los expertos legales dicen que ese derecho se ha defendido en repetidas ocasiones, incluso en una decisión de la Corte Suprema de 1990 de que las acciones por motivos religiosos no están aisladas de las leyes, a menos que una ley señale la religión como trato desfavorecido.
En agosto, la jueza de la Corte Suprema Amy Coney Barrett declinó, sin comentarios, un desafío a la regla de la Universidad de Indiana de que todos los estudiantes, el personal y los profesores deben estar vacunados.
“Según la ley actual, está claro que no se requiere ninguna exención religiosa”, dijo a KHN Erwin Chemerinsky, decano de la escuela de derecho de UC-Berkeley. Claramente, eso no impide que la gente busque una.