TREASURE ISLAND, Florida. — Andrew McClave Jr. amaba levantar pesas. El mesero de 6’ 4” de altura parecía un fisicoculturista. Hasta posó para una foto inflando sus músculos con el ex luchador profesional Hulk Hogan.
“Era muy dedicado al entrenamiento”, dijo su padre, Andrew McClave Sr. “A tal punto que si no iba, era como si no hubiese tomado su medicamento”.
Pero su pasión tuvo un precio. Según un informe policial, un amigo le dijo a la Policía de Treasure Island que McClave, de 36 años, sufría problemas de espalda y tomaba pastillas para el dolor que no habían sido recetadas por un doctor.
A finales de 2022, el amigo descubrió a McClave tirado en la cama sin pulso. Según el informe de la autopsia, un médico forense detectó en su organismo cantidades letales de fentanilo, cocaína y xilacina, un sedante veterinario comúnmente utilizado en caballos. En el informe también se menciona la enfermedad cardíaca como factor contribuyente.
McClave es una de las más de 260 personas que murieron en un solo año en Florida por sobredosis accidentales de xilacina, según un análisis del Tampa Bay Times de datos de médicos forenses de 2022, el primer año en que funcionarios estatales comenzaron a dar seguimiento a la sustancia. Las cifras de 2023 todavía no han sido publicadas.
La cantidad de muertes refleja cómo la xilacina se ha insertado en el suministro de drogas ilícitas de Estados Unidos. Las entidades reguladoras federales aprobaron el sedante para animales a principios de la década de 1970, y la droga se utiliza en caballos para facilitar procedimientos como exámenes bucales o tratamientos para cólicos, explicó Todd Holbrook, especialista en medicina equina de la Universidad de Florida.
Los primeros casos de personas tomando xilacina se registraron en Philadelphia, y luego la droga se extendió al sur y al oeste del país.
Lo que no está claro es qué papel juega exactamente el sedante en las muertes por sobredosis, ya que en los datos de Florida no figura ninguna muerte exclusivamente por xilacina. Según el análisis del Tampa Bay Times, el analgésico fentanilo fue parcialmente responsable en casi todos los casos, excepto en dos, en los que la xilacina aparecía como causa de muerte.
La cocaína o el alcohol fueron factores influyentes en los casos que no involucraron fentanilo.
Según Lewis Nelson, presidente del departamento de medicina de emergencia de la Rutgers New Jersey Medical School de la Universidad Rutgers, el fentanilo suele hacer “el trabajo pesado”, mientras que la xilacina puede aumentar el riesgo de sobredosis, pero no sustancialmente.
Pero la xilacina parece complicar la respuesta a las sobredosis de opioides cuando ocurren, y hace más difícil salvar a las personas. La xilacina puede reducir el ritmo respiratorio a niveles peligrosos, según funcionarios federales de salud, y no responde a la naloxona, la droga para revertir las sobredosis, conocida también por su nombre comercial Narcan.
Además, muchas personas consumen el sedante para caballos sin saberlo ya que puede estar mezclado con otras drogas, y por lo tanto no son conscientes de los riesgos.
En 2016, legisladores en Tallahassee clasificaron la xilacina como una droga de categoría 1, en la que también están la heroína y el éxtasis. Y otros estados incluyendo Pennsylvania, Ohio y West Virginia han tomado medidas para clasificarla. Pero la droga no está prohibida a nivel federal. Un proyecto de ley pendiente en el Congreso criminalizaría el uso ilícito de la xilacina en todo el país.
En abril, el gobierno federal designó la combinación de fentanilo y xilacina, a veces llamada “droga tranq”, como una amenaza emergente. Un estudio en 20 estados y Washington, DC encontró que las muertes por sobredosis de fentanilo ilícito y xilacina se dispararon entre enero de 2019 y junio de 2022, aumentando de 12 casos por mes a 188.
“Tenemos que seguir esforzándonos”, dijo Amanda Bonham-Lovett, directora de un programa de intercambio de jeringas en St. Petersburg. “Y no dejar que esto se convierta en un problema más grande”.
“Un buen modelo de negocio”
Hay poca información definitiva que explique el aumento en el uso de xilacina y su impacto en las personas que consumen la droga.
La Administración de Control de Drogas (DEA) dijo en septiembre que el sedante está ingresando al país por distintas vías, incluso desde China, y se está mezclando con el fentanilo que entra por la frontera suroeste de Estados Unidos. La oficina del fiscal general de Florida está procesando un caso de tráfico de drogas en el condado de Orange en el cual la xilacina venía de un proveedor de Nueva Jersey.
Bonham-Lovett, que dirige IDEA Exchange Pinellas, el programa de intercambio de jeringas anónimo del condado, dijo que algunos residentes locales que usan drogas no están buscando xilacina, y no saben que la están haciendo.
Una teoría es que los traficantes están agregando la xilacina al fentanilo porque es barata y también afecta al cerebro, dijo Nelson.
“Tiene sentido que si el fentanilo se mezcla con un agente psicoactivo, se pueda usar menos fentanilo y obtener el mismo efecto”, dijo. “Es un buen modelo de negocio”.
En Florida, tres cuartas partes de las personas que murieron por sobredosis de xilacina fueron hombres, según el análisis del Tampa Bay Times. Casi el 80% de los que murieron eran blancos y la edad promedio, 42 años.
Los condados de la costa este de Florida registraron el mayor número de muertes. El condado de Duval encabezó la lista, con 46 casos de sobredosis. Tampa Bay registró 19 muertes.
El Tampa Bay Times determinó que en más de 80 casos, incluyendo el de McClave, la cocaína también aparecía como causa. En 2018, la DEA publicó una advertencia sobre la cocaína mezclada con fentanilo en Florida.
En el caso de McClave, la policía de Treasure Island encontró lo que parecía ser marihuana y una pequeña bolsa de plástico con residuos blancos en su habitación, según un informe policial. Su familia todavía se pregunta cómo pudo tomar drogas tan poderosas, y no ha podido superar su muerte.
McClave era un ávido pescador que capturaba róbalos y meros en el Golfo de México, dijo su hermana, Ashley McClave. Soñaba con ser capitán de barcos de alquiler.
“Siento que he perdido todo”, dijo su hermana. “Mi hijo no podrá aprender a pescar con su tío”.
Heridas misteriosas
Otro problema desconcertante para los funcionarios de salud es el vínculo entre el uso crónico de xilacina y las heridas abiertas.
Estas heridas están apareciendo en toda el área de Tampa Bay, dijeron los directores de programas de intercambio de jeringas. La señal reveladora es un tejido oscurecido y con costras, dijo Bonham-Lovett. Aunque las lesiones pueden ser pequeñas al principio, del tamaño de una moneda de diez centavos, pueden crecer y “extenderse por toda la extremidad de una persona”, dijo.
Incluso aquellos que inhalan fentanilo, en lugar de inyectárselo, pueden desarrollar estas heridas. El fenómeno no tiene explicación, dijo Nelson, y no se observa en animales.
IDEA Exchange Pinellas ha registrado al menos 10 casos desde su apertura en febrero de 2023, dijo Bonham-Lovett, y han puesto en práctica un plan de tratamiento exitoso. El personal lava las heridas con agua y jabón y luego las venda.
Una persona tuvo que ser hospitalizada en parte debido a los efectos de la xilacina, dijo Bonham-Lovett. La mujer de San Petersburgo de 31 años, que pidió no ser identificada porque le preocupaba su seguridad y el estigma asociado con el consumo de drogas, dijo quela internaron enel Hospital St. Anthony en 2023.
La mujer, que usa fentanilo a diario, tenía una infección por estafilococos resistente a algunos antibióticos desde hacía años, y recientemente una herida se le había extendido a la mitad del muslo. No había oído hablar de la xilacina hasta que IDEA Exchange Pinellas le habló sobre el sedante. Se siente agradecida de haberlo descubierto a tiempo.
“Seguramente habría perdido la pierna”, dijo.
Este artículo fue producido en colaboración con el Tampa Bay Times.
Esta historia fue producida por KFF Health News, conocido antes como Kaiser Health News (KHN), una redacción nacional que produce periodismo en profundidad sobre temas de salud y es uno de los principales programas operativos de KFF, la fuente independiente de investigación de políticas de salud, encuestas y periodismo.