El doctor Aaron Kheriaty, profesor de psiquiatría en la Universidad de California-Irvine, pensó que no necesitaba vacunarse contra covid porque había sufrido la enfermedad en julio de 2020.
Por eso, en agosto, presentó una demanda para frenar el mandato de vacunación del sistema universitario, alegando que la inmunidad “natural” le había dado a él y a millones de personas una mejor protección que la que podría ofrecer cualquier vacuna.
El 28 de septiembre, un juez desestimó la solicitud de Kheriaty de un requerimiento judicial contra la universidad por el mandato, que entró en vigencia el 3 de septiembre. Aunque Kheriaty tiene la intención de seguir adelante con el caso, los expertos legales dudan de que su demanda y otras similares presentadas en todo el país tengan éxito.
Dicho esto, cada vez hay más pruebas de que contraer SARS-CoV-2, el virus que causa covid-19, es, en general, tan eficaz como la vacunación para estimular el sistema inmunitario y prevenir la enfermedad.
Sin embargo, los funcionarios federales se han mostrado reacios a reconocer cualquier equivalencia, alegando la amplia variación en la respuesta inmunitaria de los pacientes de covid a la infección.
Al igual que muchos debates durante la pandemia de covid, el valor incierto de una infección previa ha dado lugar a desafíos legales, ofertas de marketing y exabruptos políticos; mientras los científicos trabajan, silenciosa y discretamente, para aclarar los datos.
Durante décadas, los médicos han utilizado análisis de sangre para determinar si las personas están protegidas contra enfermedades infecciosas. Las embarazadas se someten a pruebas de anticuerpos contra la rubéola para asegurarse de que sus fetos no se infecten con el virus que la provoca, que causa defectos de nacimiento devastadores. Trabajadores en hospitales se someten a pruebas de detección de anticuerpos, contra el sarampión y la varicela, para evitar la propagación de esas enfermedades.
Pero la inmunidad a covid parece más difícil de discernir que esas infecciones.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha autorizado el uso de pruebas de anticuerpos contra covid, que pueden costar unos $70, para detectar una infección pasada. Algunas pruebas pueden distinguir si los anticuerpos proceden de una infección o de una vacuna.
Pero ni la FDA, ni los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), recomiendan utilizar las pruebas para evaluar si se es, de hecho, inmune a covid. Para eso, las pruebas resultan inútiles porque no hay acuerdo sobre la cantidad, o los tipos de anticuerpos, que indicarían una protección contra la enfermedad.
“Todavía no tenemos un conocimiento claro de lo que la presencia de anticuerpos nos dice sobre la inmunidad”, afirmó Kelly Wroblewski, directora de enfermedades infecciosas de la Asociación de Laboratorios de Salud Pública.
Del mismo modo, los expertos no se ponen de acuerdo sobre el grado de protección que ofrece una infección.
Ante la falta de certeza, y a medida que se imponen los mandatos de vacunación en todo el país, las demandas legales ponen presión sobre el tema.
Los individuos que afirman que los mandatos de vacunación violan sus libertades civiles, argumentan que la inmunidad adquirida por la infección les protege. En Los Angeles, seis policías han demandado a la ciudad, alegando que tienen inmunidad natural.
En agosto, el profesor de derecho Todd Zywicki alegó que el mandato de vacunación de la Universidad George Mason violaba sus derechos constitucionales, dado que tiene inmunidad natural. Citó una serie de pruebas de anticuerpos y la opinión médica de un inmunólogo de que era “médicamente innecesario” que se vacunara. Zywicki retiró la demanda después de que la universidad le concediera una exención médica que, según la institución académica, no está relacionada con el pleito.
Los legisladores republicanos se han unido a la cruzada. El GOP Doctors Caucus, formado por médicos republicanos en el Congreso, ha instado a las personas que desconfían de la vacunación a que se sometan a una prueba de anticuerpos, contradiciendo las recomendaciones de los CDC y la FDA.
En Kentucky, el Senado del estado aprobó una resolución que concede el mismo estatus de inmunidad a aquellos que muestren una prueba de vacunación o una prueba de anticuerpos positiva.
Los hospitales fueron de las primeras instituciones en imponer la obligación de vacunarse a sus trabajadores de primera línea, ante el peligro de que contagiaran la enfermedad a pacientes vulnerables. Pocos han ofrecido exenciones de vacunación a los previamente infectados. Pero hay excepciones.
Dos sistemas hospitalarios de Pennsylvania permiten a los miembros del personal clínico aplazar la vacunación, durante un año, después de dar positivo en la prueba de covid. Otro, en Michigan, permite a los empleados elegir no vacunarse si presentan pruebas de una infección previa, y una prueba de anticuerpos positiva en los tres meses anteriores. En estos casos, los sistemas indicaron que querían evitar la escasez de personal que podría conllevar la renuncia de enfermeras que rechazan vacunarse.
Para Kheriaty, la cuestión es sencilla. “La investigación sobre la inmunidad natural ya es bastante definitiva”, declaró a KHN. “Es mejor que la inmunidad otorgada por las vacunas”. Pero está claro que la mayoría de la comunidad científica no comparte afirmaciones tan categóricas.
El doctor Arthur Reingold, epidemiólogo de la UC-Berkeley, y Shane Crotty, virólogo del Instituto de Inmunología de La Jolla, en San Diego, declararon como testigos expertos en la demanda de Kheriaty, afirmando que se desconoce el alcance de la inmunidad proporcionada por la reinfección, especialmente contra las nuevas variantes de covid. Señalaron que la vacunación da un enorme refuerzo de inmunidad a las personas que han estado enfermas anteriormente.
Sin embargo, no todos los que presionan para que se reconozca el valor de pasar una infección son críticos de las vacunas o abanderados del movimiento antivacunas.
El doctor Jeffrey Klausner, profesor clínico de ciencias de la población y salud pública de la Universidad del Sur de California, es coautor de un análisis, publicado el 30 de septiembre, que demuestra que la infección suele proteger durante 10 meses o más. “Desde el punto de vista de la salud pública, negar el trabajo y el acceso y los viajes a personas que se han recuperado de la infección no tiene sentido”, señaló.
En su testimonio contra los argumentos de Kheriaty a favor de la inmunidad “natural”, Crotty citó estudios sobre el brote masivo de covid que asoló Manaos, en Brasil, a principios de este año y que incluyó la variante gamma del virus. Uno de los estudios estimó, basándose en los análisis de las donaciones de sangre, que tres cuartas partes de la población de la ciudad ya estaban infectadas antes de la llegada de gamma. Eso sugirió que la infección pasada podría no proteger contra las nuevas variantes. Pero Klausner y otros sospechan que la tasa de infección previa, presentada en el estudio, había sido sobrevalorada.
Un amplio estudio realizado en agosto en Israel, que demostró una mejor protección como resultado de la infección que de la vacunación, podría ayudar a cambiar la tendencia a aceptar la infección previa, apuntó Klausner. “Todo el mundo está esperando que Fauci diga: ‘La infección previa proporciona protección'”, añadió.
Cuando se le preguntó al doctor Anthony Fauci, máximo experto federal en enfermedades infecciosas, durante una entrevista en CNN el mes pasado, si las personas infectadas estaban tan protegidas como las que han sido vacunadas, dudó. “Podría haber un argumento de que lo están”, dijo. Fauci no respondió a una solicitud de KHN para ofrecer más comentarios.
Kristen Nordlund, vocera de los CDC, dijo en un correo electrónico que la “evidencia actual” muestra una amplia variación en las respuestas de los anticuerpos después de la infección por covid. “En las próximas semanas, esperamos contar con información adicional sobre la protección de la inmunidad de la vacuna en comparación con la inmunidad natural”, agregó.
Se está realizando un “esfuerzo monumental” para determinar qué nivel de anticuerpos es protector, expresó el doctor Robert Seder, jefe de la sección de inmunología celular del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas. Algunos estudios recientes han intentado establecer una cifra.
Las pruebas de anticuerpos nunca proporcionarán una respuesta afirmativa o negativa sobre la protección contra covid, señaló el doctor George Siber, consultor de la industria de las vacunas y coautor de uno de los trabajos. “Pero hay personas que no se van a vacunar. Vale la pena tratar de predecir quiénes tienen un riesgo más bajo”.