Felicita Soto recuerda encontrar sangre en los lugares más extraños. En su almohada en la mañana. En el sandwich luego de darle una mordida. Una vez, un compañero de trabajo le susurró con disgusto: “Felicita, estás sangrando”.
Soto se sintió mortificada. Recientemente había dejado el hábito de fumar, que había tenido desde los 12 años. Pero fue muy tarde para sus dientes. Eventualmente, se encontró sentada en la silla del dentista, con 23 dientes extraídos de una vez.
Hoy, con 56 años y viviendo en Orlando, Florida, Soto describe esa experiencia como “la cosa más tortuosa por la que tuve que pasar”.
“Parir no fue tan malo comparado con esa tortura”, dijo.
Soto es una de un puñado de ex fumadores compartiendo historias como parte de la campaña nacional Consejos de ex fumadores (Tips from Former Smokers) de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Historias personales como la de Soto — emocional y a veces shockeante— aparecen en televisión, radio, internet y medios impresos alrededor del país. Y están destinadas a resonar con los mayores grupos étnicos de la nación.
Cuando se trata de latinos, la campaña es particularmente importante en estados como California, en donde el 38 por ciento de los residentes son hispanos, y los esfuerzos para alcanzarlos no han tenido éxito.
Jesse Nodora, profesor asistente en la Escuela de Medicina de la Universidad de California en San Diego (University of California San Diego School of Medicine) dijo que hasta ahora gran parte del alcance para hispanohablantes está basado en simples traducciones en vez de mensajes culturalmente apropiados. Le preocupa que la campaña Tips tenga el mismo efecto.
¿Cómo llegar a ellos?, dijo Nodora. “No va a ser a través de promoción de salud genérica”.
Jeannette Noltenius, ex directora de la Alianza Nacional Latina de Control del Tabaco (National Latino Tobacco Control Network), dijo que cree que la campaña Tips funciona porque la gente quiere oir de los “heridos que caminan” ( “the walking wounded”).
“No es el doctor diciéndole”, dijo. “Es el fumador que ha perdido la habilidad de hablar. Que ha perdido extremidades por la diabetes y la mala circulación. Aquéllos que no pueden subir las escaleras.”
Dicho esto, Noltenius dice que le gustaría ver a los CDC desplegando más comerciales en los medios de comunicación latinos y diseñando más avisos presentando a ex fumadores latinos. “Para mí, esa es una de sus debilidades”, dijo. La industria (del tabaco) está enfocándose en nosotros constantemente”.
En general, los latinos tienen tasas más bajas de consumo de tabaco que muchas otras poblaciones. Cerca del 11 por ciento de los hispanos fuman a nivel nacional, comparado con el 18 por ciento de los blancos no-hispanos y de los negros no-hispanos.
Pero tomar a la población latina como un todo oculta una variacion significativa, de acuerdo con Noltenius. Las mujeres puertorriqueñas, como Soto, tienen tasas muy altas de consumo de tabaco en Estados Unidos continental, dijo. las mujeres mexico-americanas tienen tasas muy bajas. Los hombres latinos en general tienen tasas más altas que las mujeres latinas.
“Usted está tratando con una talla que no se ajusta a todas las medidas”, dijo.
En general, las tasas de consumo de tabaco han bajado significativamente en años recientes. Pero la adicción al tabaco sigue siendo un problema intratable en muchas comunidades: fumar todavía mata a 480.000 americanos cada año. Luego, están los efectos secundarios que afectan la vida diaria; 16 millones de americanos sufren de enfermedades relacionadas con el fumar, que van desde cáncer y enfermedad cardíaca hasta pulmones colapsados y enfermedad de las encías.
“Muchas personas piensan que el problema del tabaco está resuelto”, dijo Diane Beistle, jefa del área de comunicaciones de salud de la Oficina de Salud y Tabaco (Office on Smoking and Health) de los CDC.
Dijo que los comerciales de la campaña apuntan especialmente a poblaciones en partes del país en donde las tasas de consumo de tabaco son altas. La agencia ha trabajado para asegurar que los avisos resonaran con los grupos minoritarios, especialmente aquéllos con altas tasas de consumo de tabaco: nativos americanos, nativos de Alaska, miembros de las fuerzas armadas, personas con condiciones de salud mental, y personas gay, lesbianas, bisexuales y transgénero, entre otros.
“Si la campaña Tips sólo presentara a hombres blancos, no sería muy efectiva”, dijo Beistle. “Hemos hecho un trabajo muy deliberado para asegurarnos que los avisos fueran inclusivos”.
Datos recientes apoyan la efectividad de la campaña, dijo. Un estudio dado a conocer en marzo mostró que cerca de 2 millones de personas alrededor del país intentaron dejar de fumar como resultado de la campaña de 2014, y 104.000 lograron permanecer sin fumar por al menos seis meses.
Aunque los latinos tienen tasas más bajas de enfermedades relacionadas con fumar que otros grupos, aquéllos que se enferman a menudo esperan para recibir atención médica hasta que sus enfermedades son más severas, dijo Nodora, de la Universidad de California en San Diego.
Nodora dijo que trabajó con la campaña Tips desde el principio, y pasó una década supervisando los programas de educación del Departamento de Salud de Arizona (Arizona Department of Health). Mientras que la educación es importante, dice, la manera más efectiva de reducir el consumo de tabaco es elevar los impuestos al cigarillo y cambiar las políticas para hacer más difícil fumar.
Un paquete de leyes anti-tabaco se ha aprobado en la legislatura del estado y ya ha sido firmado por el gobernador Jerry Brown. Entre las leyes que aprobó Brown está la que estipula elevar la edad mínima para comprar tabaco de 18 a 21 años, y la que regula los cigarrillos electrónicos, que han venido ganando popularidad, especialmente entre los jóvenes. A la vez, el gobernador vetó un proyecto de ley que hubiera permitido a las ciudades y condados establecer sus propios impuestos al tabaco.
Mientras que los esfuerzos anti-tabaco en California son ampliamente elogiados, Nodora nota que el estado todavía tiene uno de los impuestos al cigarillo más bajos en todo el país. Un paquete de leyes anti-tabaco se han aprobado en la legislatura del estado y esperan la firma del gobernador Jerry Brown. Una elevaría la edad mínima para fumar de 18 a 21 años. Las otras regulan los cigarrillos electrónicos, que han venido ganando popularidad, especialmente entre los jóvenes.
No es el doctor diciéndole. Es el fumador que ha perdido la habilidad de hablar.
El doctor Michael Fiore, director del Centro para la Investigación e Intervención del Tabaco en la Escuela de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin (Center for Tobacco Research and Intervention at the University of Wisconsin School of Medicine and Public Health), dice que esa información muestra que la campaña Tips ha demostrado ser “altamente efectiva” a través de los años. Él escucha de sus propios pacientes sobre cómo la campaña los ha impactado.
“Los fumadores muy a menudo se sienten solos con su adicción”, dijo. “Se sienten fracasados, personalmente. Sienten que le han fallado a sus familias, a ellos mismos, a sus hijos. Ver a otros que han luchado y lo han superado es un motivador muy poderoso”.
El doctor Fiore enfatiza que la educación es un aspecto importante de una aproximación múltiple, necesaria para luchar efectivamente contra el consumo de Tabaco. La mitad de las personas que se vuelven adictas al tabaco morirán de enfermedades relacionadas con el fumar, dijo. En promedio, dijo, los fumadores mueren 10 a 15 años antes que los no fumadores.
Rico Foz, de Belmont, California, es una de los rostros de la campaña Tips de este año. Foz, quien es filipino, fumó dos cajetillas al día por años antes de ser diagnosticado con cáncer de esófago en 2010. Perdió su trabajo, y su seguro, antes de tener la cirugía. Sin poder pagar su hipoteca, perdió su casa y su familia tuvo que mudarse. La recuperación llevó dos años.
Aún así, Foz se considera afortunado de tener una segunda oportunidad en la vida, y de ser capaz de compartir su historia con otros. Sabe por experiencia que dejar de fumar es muy, muy difícil: él había tratado y fracasado varias veces antes del diagnóstico de cáncer. Pero, enfatiza, pudo hacerlo.
“Si hubiera escuchado mi propia historia”, dijo, “espero que sea una historia de esperanza.”