El Obamacare está poniendo a la industria de la agricultura en estado de tensión.
Muchos contratistas que proveen trabajos en granjas y que ahora pueden ofrecer seguro médico a sus trabajadores se están quejando en voz alta del costo para sus negocios, que ya tienen de por sí un bajo margen de ganancia.
Algunos están preocupados porque los formularios que deben llenar con el gobierno federal bajo la Ley de Cuidado de Salud pondrá a los problemas de inmigración en un primer plano. Cerca de la mitad de la fuerza de trabajo agrícola en Estados Unidos es indocumentada.
“Definitivamente va a haber algunas repercusiones”, dijo Jesse Sandoval, un contratista de trabajadores agrícolas de Stockton, California. “Creo que va a haber algunas cosas que no podrán ser ignoradas”.
Sandoval vino a una conferencia educativa sobre contratistas agrícolas —esencialmente dotaciones de trabajadores del campo coordinadas por agencias— realizada en el San Joaquin County Agricultural Center en Stockton, en el otoño. Hombres de hombros anchos, vestidos con chaquetas de mezclilla y sombreros de vaquero, se sentaron en la audiencia, escuchando una letanía de conferencias sobre leyes y normas que regulan su industria, incluyendo el mandato del Obamacare para los empleadores.
El año pasado, empleadores con 100 o más empleados de tiempo completo tuvieron que ofrecer seguro de salud a sus trabajadores o pagar una fuerte multa. Este año, empleadores que tienen de 50 a 99 personas a tiempo completo deben cumplir con este mandato.
Sandoval tiene cerca de 100 trabajadores en su nómina de pagos (payroll). Cuando los granjeros necesitan una cuadrilla para recolectar guindas, zapallos o espárragos, lo llaman y él les envía trabajadores. Tiene que ofrecerles seguro de salud este año, y se está resistiendo por el precio. A $300 por mes por empleado, estaría enfrentando una factura mensual de $30.000.
Sandoval dijo que no puede absorver el gasto. “Los números no están ahí”, dijo. “Mi margen de ganancia es del 10 por ciento, ¿y tengo que aumentar un 10 por ciento los gastos? Bueno, eso no funciona”.
Entonces, como muchos contratistas, está pasando la factura a los agricultores, que a su vez la pasan a los trabajadores agrícolas. En virtud de la Ley de Cuidado de Salud, los empleados pueden verse obligados a contribuir con el 9.5 por ciento de sus ingresos en primas de salud.
Pero para los trabajadores agrícolas que cosechan naranjas o duraznos a $10 por hora, eso todavía es demasiado. Agostin García, de Fresno, California, dijo que los dos contratistas para los que trabaja cerca de Fresno le ofrecieron seguro directamente. Pero cuando vio el precio, los rechazó.
“Para mí, que soy el único en mi casa que trabaja”, dijo. “Hay cinco de nosotros en la familia. Simplemente no funcionaría. O yo pago el seguro de salud, o pago el alquiler y las cuentas”.
García dijo que sólo una parte de sus compañeros de trabajo se han inscrito para la cobertura. Dijo que cuando los contratistas de trabajo agrícola reparten folletos que explican la cobertura, la página en la que los trabajadores rechazan está justo en la parte superior.
“Creo que lo hacen de manera intencional”, dijo García. “Ellos cumplen con las leyes al decir, ‘Yo ofrecí’”. Pero saben que nadie va a aceptarlo, saben que nadie va a pagar esas cantidades”.
El costo del Obamacare no es lo único que preocupa a las personas de la industria agrícola. Algunos están preocupados por los problemas de inmigración.
Los empleadores tienen que presentar nuevos formularios al IRS, tanto si sus trabajadores aceptan o no el seguro de salud.
La abogada Kaya Bromley dijo que esto hará las cosas más difíciles para algunos contratistas que suelen hacer la vista gorda cuando los trabajadores les dan documentos fraudulentos. “Ahora que hay más transparencia debido a todos los informes, creo que vamos a tener muchos más datos sobre el número de trabajadores ilegales o indocumentado que tenemos”, dijo.
Bromley dijo que entre los contratistas para los que ella hace consultoría, ha visto una serie de estrategias cuasi-legales e incluso ilegales para eludir el mandato de la ley de salud.
“He oído de empleados que eligen dejar el trabajo porque quieren estar ‘bajo el radar’. También he oído hablar de los empresarios que están instando a que se vayan, o al menos lo favorecen”, dijo. “Y les advierto a todos que van a estar en serios problemas”.
Los contratistas de trabajadores agrícolas dicen que están atrapados en un Catch-22. Técnicamente, los inmigrantes que se encuentran en Estados Unidos ilegalmente no son elegibles para los beneficios del Obamacare. Sin embargo, los empleadores no pueden admitir que cualquiera de sus empleados pueden estar trabajando de manera ilegal, por lo que tienen que ofrecer el seguro o enfrentar multas del IRS, tal vez incluso una demanda por discriminación.
“Es algo grande. Y nadie está hablando de la enormidad de esto”, dijo Bromley. “Cuando se juega, y comiencen las sanciones es cuando la gente va a empezar a tener la religión al respecto”.
Golinda Vela Chávez ayuda a gerenciar una empresa contratista en Salinas, California. Para ella, hablar del Obamacare le produce frustración, por el complejo sistema de inmigración del país.
Dijo que Estados Unidos no refuerza las fronteras, y luego no deja que la gente trabaje. “Y de repente, el empleador es malo”, dijo.
Contratistas se preguntan cómo se supone que deben cumplir con la Ley de Cuidado de Salud cuando todavía hay tanta contradicción en el sistema de inmigración. “Nuestro gobierno, lo único que hace es hablar de ello, pero no soluciona nada, eso hace que todo sea peor”, dijo Chávez.
La Ley de Cuidado de Salud es como un cortador de galletas, dijo, y las complejidades de la industria de la agricultura simplemente no encajan.
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorial independiente perteneciente a la Kaiser Family Foundation.