Los gigantes farmacéuticos Regeneron y Gilead Sciences obtuvieron el tipo de publicidad que el dinero no puede comprar luego que el presidente Donald Trump tomara sus medicamentos experimentales para tratar su infección por coronavirus, y se declarara completamente recuperado después de dejar el hospital.
“Fue increíble. Me sentí bien de inmediato”, dijo Trump el miércoles 7 de octubre en un video posteado en Twitter. “Yo llamo a eso una cura”.
Trump elogió el cóctel de anticuerpos monoclonales de Regeneron, que imita elementos del sistema inmunológico, y mencionó un fármaco similar que Eli Lilly & Co. está investigando. El presidente también tomó remdesivir, de Gilead, un antiviral que ha acortado los tiempos de recuperación de los pacientes con COVID-19 en una investigación preliminar.
No hay evidencia científica de que alguno de estos medicamentos haya contribuido a la recuperación del presidente, ya que muchos pacientes se sienten bien sin consumirlos. Tampoco se sabe si el presidente se ha “curado”, ya que la Casa Blanca ha publicado pocos detalles sobre el curso de su enfermedad.
Sin embargo, cuando su campaña para la reelección está en la recta final, Trump no está sintiendo el afecto de las farmacéuticas a través de contribuciones. Regeneron, Gilead, Lilly y la industria en su conjunto están enviando más dinero en otra dirección.
Revirtiendo una tendencia en las contribuciones de las farmacéuticas, que enviaban mucho dinero a los republicanos, en lo que va de 2020 la industria se ha inclinado hacia los demócratas.
El cambio puede reflejar las expectativas de la industria de que gane el candidato presidencial demócrata Joe Biden, dijo Steven Billet, quien imparte cursos de cabildeo corporativo y donaciones políticas en la Universidad George Washington. Las farmacéuticas podrían usar esta “generosidad” a su favor si Biden cumple sus promesas de abordar los altos precios de los medicamentos, agregó.
En un año en el que las quejas sobre los altos precios de los medicamentos de venta bajo receta se vieron ensombrecidas por la pandemia, los donantes vinculados con las farmacéuticas han dado alrededor de $976,000 a Biden, según datos del Center for Responsive Politics (CRP).
Eso es casi tres veces las contribuciones de las farmacéuticas a Trump, quien recientemente pasó de llamar a los altos precios “estafas”, a describir a las farmacéuticas como “grandes empresas”.
“Tradicionalmente, la industria tiende a favorecer a los republicanos”, dijo Sarah Bryner, directora de investigación de CRP. “Pero este ciclo, estamos viendo que cambió”, lo que refleja en parte el mayor éxito general de los demócratas en la recaudación de fondos, explicó.
Las compañías farmacéuticas y sus grupos comerciales tienen un historial de apoyo a Trump y otros republicanos indirectamente a través de organizaciones sin fines de lucro de “dinero oscuro” difíciles de rastrear. Pero esas contribuciones pueden no ser divulgadas hasta mucho después de la elección, si es que alguna vez se conoce.
De los $177,000 que Regeneron ha otorgado hasta ahora a los candidatos federales de 2020, cuatro quintas partes se han destinado a los demócratas, incluidos $35,203 para Biden, según CRP.
Leonard Schleifer, director ejecutivo de Regeneron, un multimillonario que conoce a Trump desde hace años y pertenece al Trump National Golf Club Westchester, en Nueva York, tiene una larga historia de donaciones a los demócratas. Dio $5,400 a la carrera presidencial de Hillary Clinton en 2016 y $120,000 en 2018 a un comité de acción política que intentaba que los demócratas volvieran a controlar el Senado.
Schleifer no ha hecho donaciones políticas registradas desde el año pasado, cuando sus contribuciones fueron principalmente para su hijo, Adam Schleifer, un demócrata que se postulaba para el Congreso y que perdió en una primaria este verano.
El senador de Carolina del Norte Thom Tillis, que representa a un estado con una gran industria biotecnológica y que se postula para la reelección en una contienda reñida, ha sido el mayor receptor republicano de dólares de Regeneron para las elecciones de 2020, con un total de $5,526 hasta ahora.
“Esta es una compañía que parece que siempre ha estado comprometida con los demócratas”, dijo Billet, un ex cabildero de AT&T que enseña administración de PAC. “Y supongo que solo tienen una cultura demócrata en esta empresa”.
Un vocero de Regeneron, que solicitó una autorización de uso de emergencia para eludir el proceso de aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para su medicamento, se negó a comentar sobre las donaciones de la campaña y dijo que la compañía continuará los ensayos clínicos.
Se espera que una dosis del medicamento cueste miles de dólares. “Los tendrás gratis”, dijo Trump sobre los medicamentos para COVID-19 que tomó. El gobierno acordó hacer que las dosis iniciales del tratamiento con anticuerpos de Regeneron “estén disponibles para el pueblo estadounidense sin costo”, dice la compañía.
Pero los detalles del contrato, incluido el precio, permanecieron en secreto. En cualquier caso, si los pacientes obtienen el medicamento sin costo directo, “no significa que no lo estén pagando”, dijo James Love, director de Knowledge Ecology International, una organización sin fines de lucro que trabaja para ampliar el acceso a la tecnología médica. “Simplemente lo pagan a través de impuestos”.
El gobierno le está dando a Regeneron $450 millones para fabricar y suministrar el cóctel de anticuerpos.
Los donantes con vínculos con Gilead también se inclinan hacia la izquierda, dando dos tercios de sus aproximadamente $284,000 en contribuciones hasta ahora en este ciclo a candidatos demócratas al Congreso y a la presidencia, muestran datos de CRP, incluidos alrededor de $36,000 a Biden.
En Lilly, donde el secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, dirigió una vez la división estadounidense, el 54% del dinero se destinó a los demócratas y el 46% a los republicanos. Los empleados de Lilly han donado $45,000 a Biden y $13,000 a Trump, según CRP.
Biden no acepta donaciones de PAC corporativos; todos sus dólares de Regeneron, Lilly y Gilead fueron de empleados de la farmacéutica.
Gran parte del cambio general de los laboratorios este año hacia los demócratas se produce en la carrera presidencial. Los datos de Pharma Cash to Congress de KHN que monitorea a los miembros en funciones todavía muestran una preferencia hacia los republicanos del Congreso, $6 millones hasta ahora en comparación con $4,7 millones otorgados a los demócratas.
“Joe Biden tiene a las grandes farmacéuticas, así como a las grandes tecnológicas y a los grandes bancos, en su bolsillo porque ha trabajado para ellos durante casi 50 años, en lugar de para el pueblo estadounidense”, dijo Samantha Zager, vocera de la campaña de Trump.
En la campaña electoral, Biden se ha centrado principalmente en mejorar el seguro médico. Pero también propone dejar que Medicare negocie los precios de los medicamentos, vincular los aumentos de precios a la inflación y permitir que los pacientes compren medicamentos importados.
Biden “reducirá aún más los costos de atención médica mientras expande la cobertura, pone fin a prácticas de facturación sorpresa, primas más bajas y se enfrentará a los abusos de poder de las farmacéuticas”, dijo Rosemary Boeglin, vocera de la campaña.
Antes que Trump asumiera el cargo, dijo que las compañías farmacéuticas se estaban “saliendo con la suya” por los precios que cobran. A pesar de las afirmaciones y promesas del presidente, ha hecho poco para reducir los precios de los medicamentos recetados, según expertos y verificadores de datos.
Una orden ejecutiva de Trump este mes requeriría que Medicare no pague más por los medicamentos que otras naciones desarrolladas, pero comienza con un programa de prueba y su implementación podría demorar meses o años.
Las farmacéuticas estuvieron entre los mayores beneficiarios del recorte de impuestos de 2017 de Trump, ahorrando miles de millones al poder traer a casa efectivo extranjero libre de impuestos y miles de millones más con tasas más bajas.
Elizabeth Lucas, editora de datos de KHN, colaboró con este informe.
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorial independiente de la Kaiser Family Foundation.