Valerie Green todavía está esperando curarse.
La residente de Delaware fue diagnosticada con hepatitis C hace más de dos años, pero aún no califica para los criterios del programa del Medicaid para el tratamiento con una nueva clase de medicamentos altamente efectivos pero caros. Sin embargo, la reciente aprobación de un fármaco menos costoso que generalmente cura la hepatitis C en sólo ocho semanas puede facilitar que más aseguradoras e incluso las cárceles amplíen el tratamiento.
El fármaco, Mavyret, es el primero en ser aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) que puede curar los seis tipos genéticos de hepatitis C en aproximadamente dos meses, en pacientes que no han sido previamente tratados. Otros medicamentos aprobados generalmente requieren 12 semanas para tratar la enfermedad y a menudo no son eficaces para todos los tipos de hepatitis C.
Además, el precio de Mavyret es de $26,400 por tratamiento, significativamente inferior al de otros medicamentos contra la hepatitis C cuyos precios oscilan entre $55,000 y $95,000 para vencer la enfermedad. Aunque los pacientes y las aseguradoras generalmente pagan menos por negociaciones de los seguros, y reembolsos.
“Es lógico pensar que la continua reducción del costo conduciría a la apertura de los criterios”, dijo Matt Salo, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Directores del Medicaid.
La hepatitis C es una infección hepática viral que se propaga a través de la sangre. Afecta a cerca de 3,5 millones de personas en los Estados Unidos. Puede que pasen años desde el momento de la infección hasta que comience a causar problemas. Muchos “baby boomers” (las personas nacidas en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial) que la contrajeron hace décadas, antes de que la sangre fuera examinada para el virus, no se dan cuenta de que la tienen hasta que desarrollan una enfermedad hepática. Además, la creciente epidemia de heroína está aumentando el problema a medida que las personas se infectan al compartir agujas contaminadas.
Las terapias “antivirales de acción directa”, como Harvoni, una píldora de una toma diaria aprobada en 2014 que generalmente cura la hepatitis C en 12 semanas, son mucho más eficaces que los tratamientos anteriores que requerían inyecciones semanales de interferón y múltiples píldoras diarias durante casi un año. Pero las nuevas terapias llegaron con su precio: $94,500, en el caso de Harvoni.
Los programas estatales del Medicaid, que cubren una alta proporción de personas con hepatitis C, rechazaron los altos precios, incluso con el descuento del 23% en medicamentos que suelen recibir los programas. Muchos pusieron obstáculos para limitar las terapias hasta que la enfermedad estuviera en un estadio avanzado. Algunos requirieron que el paciente estuviera libre de drogas y alcohol durante seis meses o más antes de que el tratamiento fuera aprobado.
Esos movimientos llevaron a los defensores a buscar un mejor acceso, en algunos casos presentando una demanda para obligar a los programas a cubrir a más personas.
En respuesta a una demanda en Delaware, este año el programa estatal del Medicaid comenzó a aliviar los criterios de tratamiento, y en enero comenzará a aprobar a los beneficiarios independientemente de la gravedad de su enfermedad.
El estado se une a otros que ya no limitan el tratamiento de la hepatitis C basándose en la gravedad de la enfermedad, dijo Kevin Costello, director de litigios en el Centro de Derecho de Salud y Política de la Universidad de Harvard, quien ha sido un actor clave en litigios en Delaware y otros estados.
Esto tiene que cambiar pronto, dijo Green, de 58 años, quien cree que contrajo la enfermedad hace 31 años cuando sufrió complicaciones durante el parto y requirió una transfusión de sangre. Aunque su hígado no está dañado, agregó, ha sufrido de dolor abdominal y articular, pérdida de peso y fatiga durante décadas, síntomas que los médicos atribuyen al virus de la hepatitis C.
“Ha sido una lucha difícil para los pacientes del Medicaid”, dijo.
Las personas en prisión se enfrentan a una batalla aún más dura para obtener tratamiento para la hepatitis C. Aproximadamente el 17% de los presos están infectados con hepatitis C, en comparación con aproximadamente el 1% de la población en general.
Las cárceles tienen el deber de no ser deliberadamente indiferentes a las necesidades médicas de los presos. Las prisiones no reciben los descuentos de precios que tienen los programas del Medicaid y sus presupuestos son fijos.
“Los administradores tienen que conformarse con lo que hay”, dijo la doctora Anne Spaulding, profesora asociada de la escuela de salud pública de la Universidad Emory, quien ha trabajado como directora médica en correccionales, y ha publicado investigaciones sobre la hepatitis C entre presos.
Abogados en un puñado de estados están llevando a cabo demandas colectivas para obligar a las prisiones a proporcionar tratamiento para la hepatitis C. Mavyret puede marcar la diferencia, dijo David Rudovsky, abogado de derechos civiles, quien lidera una demanda colectiva contra el Departamento de Correccionales de Pennsylvania.
“Todo el mundo reconoce que va a hacer más fácil cubrir a la gente”, dijo.
Las personas con seguro privado regular pueden enfrentar algunos obstáculos para obtener la cobertura contra la hepatitis C, pero suele ser menos problemática. Por ejemplo, Mavyret es uno de los siete fármacos contra la hepatitis C que están incluidos en el formulario nacional 2018 de Express Scripts, que administra los beneficios de farmacia para 83 millones de personas.
“El beneficio para los pacientes y los pagadores es la competencia adicional, lo que reduce los costos en toda la clase de drogas, lo que resulta en un mayor acceso y asequibilidad”, dijo Jennifer Luddy, directora de comunicaciones corporativas de Express Scripts.
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorial independiente de la Kaiser Family Foundation.