A medida que los niños avanzan en la adolescencia, algunos enfrentan problemas de salud como la obesidad, infecciones de transmisión sexual, depresión y abuso de drogas. Los chequeos regulares podrían ayudar a las familias a abordar estos problemas, y la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA) allanó el camino al exigir a las aseguradoras que cubrieran por completo los exámenes preventivos, sin costo para los pacientes.
Sin embargo, un nuevo estudio revela que, tanto antes como después que entrara en vigencia ACA, la mitad de los niños y adolescentes de entre 10 y 17 años no estaban realizándose sus exámenes anuales.
“La mayoría de los adolescentes son bastante saludables, pero muchos de ellos pueden tener problemas de obesidad, enfrentar trastornos mentales o de abuso de sustancias”, dijo Sally Adams, especialista en investigación sobre adolescentes y adultos jóvenes en la Universidad de California-San Francisco y autora principal del estudio. “Estas son cosas que se pueden detectar temprano y tratar, o al menos manejar”.
Para el estudio, publicado en el sitio web de JAMA Pediatrics, los investigadores analizaron datos de la Encuesta del Panel de Gasto Médico Federal, que hace un seguimiento de la cobertura de seguro de salud, y del uso y gasto en atención médica. Los investigadores utilizaron datos de 25,695 personas que cuidaban a adolescentes de entre 10 y 17 años. Alrededor de la mitad fueron encuestados entre 2007 y 2009, y el resto entre 2012 y 2014.
Antes que la ley de salud se aprobara en 2010, los cuidadores informaron que el 41% de los niños habían tenido un chequeo el año anterior. Después que las protecciones de los servicios preventivos de ACA entraron en vigencia, hacia 2011, la tasa subió al 48%, un aumento “moderado”, dijo Adams. El incremento fue mayor en grupos minoritarios y de bajos ingresos.
Sin embargo, más de la mitad de los niños encuestados no fueron al médico para recibir atención de rutina en el transcurso de un año, a pesar que muchas familias habían obtenido un seguro y no tenían que pagar nada por las visitas.
Eso es motivo de preocupación, dijo Adams. Un proveedor de atención primaria puede examinar a los jóvenes en busca de comportamientos riesgosos y tratarlos si es necesario. Un chequeo también es una oportunidad para educar a los pacientes sobre salud.
“Los comportamientos que adoptan como adolescentes tienen una gran influencia en su salud adulta a lo largo de su vida”, dijo. Por ejemplo, señaló, “si puedes evitar que comiencen a fumar, entonces probablemente no fumarán”.
Por lo general, los niños pequeños van periódicamente al pediatra para recibir las vacunas recomendadas, y para pruebas de audición y de la vista, además de controles que pueda requerir la escuela. Pero esas necesidades pueden cambiar a medida que los niños crecen y los requisitos del estado para que los niños se hagan exámenes físicos antes de comenzar la escuela varían. Algunos pueden exigir un chequeo cada año, otros solo a intervalos más largos.
“Los profesionales de salud nos han dicho que las tasas de visitas de niños sanos tienden a ser más bajas después de los primeros años de la infancia”, dijo Adams.
ACA exigió que la mayoría de los planes de salud cubrieran los servicios preventivos recomendados por cuatro grupos de expertos médicos y científicos sin cobrar nada a los consumidores. Para los niños, muchos de estos servicios están detallados en las pautas del proyecto Bright Futures, patrocinado por la Academia Estadounidense de Pediatría y respaldado por el gobierno federal, y por el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE.UU., un panel independiente de expertos médicos que evalúa evidencia para la atención clínica.
Alrededor de una quinta parte de los adolescentes de 12 a 19 años son obesos, y entre el 13% y el 20% de los niños sufren un trastorno mental en un año determinado, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Algunas investigaciones han demostrado que los padres pueden creer que los adolescentes no necesitan ir al médico a menos que estén enfermos y que no puedan pagar los chequeos, dijo Adams.
“Lo que nos gustaría es que las familias comprendan que éste es un derecho, y que estos son servicios valiosos que pueden ayudar a sus hijos”, agregó.