Jeannette Parker se compadeció de un gato callejero hambriento y se ganó una mordedura en el dedo. Y otro en la billetera.
Parker vio al gatito deambulando por la carretera en una zona rural en las afueras del Everglades National Park, en Florida. Se veía delgado y enfermo, y cuando Parker, que es bióloga especializada en fauna, le ofreció algo de atún que tenía en su auto, el gato la mordió.
“Me rasgó la piel con los dientes”, contó.
Después de limpiar la herida, investigó un poco y comenzó a preocuparse por la rabia, ya que el condado de Miami-Dade había enviado advertencias sobre esa enfermedad potencialmente mortal.
Cuando regresó a su casa en los Cayos de Florida y llamó al departamento de salud, ya estaba cerrado.
Entonces fue a la sala de emergencias del Hospital Mariners, no muy lejos de su casa. Dijo que esperó unas dos horas, recibió dos tipos diferentes de inyecciones y un antibiótico, y nunca habló con un médico.
“Me fui a casa feliz como una perdiz”, contó.
Luego llegaron las facturas.
Paciente: Jeannette Parker, bióloga estatal de 44 años especializada en fauna silvestre. Tiene seguro a través de la American Postal Workers Union (APWU) porque su esposo trabaja para el gobierno federal en el Everglades National Park.
Factura total: $48,512, con $46,422 de ese total por un medicamento preventivo.
Proveedor del servicio: Mariners Hospital, parte de Baptist Health South Florida, una organización religiosa sin fines de lucro con ocho hospitales y una variedad de otras instalaciones.
Servicio Médico: La herida de Parker fue examinada y recibió la primera de una serie de inyecciones contra la rabia, y una inyección de 12 mililitros de inmunoglobulina antirrábica, un anticuerpo que activa el sistema inmunológico para proporcionar protección contra el virus hasta que la vacuna se activa.
La realidad: Cuando estás potencialmente expuesto a una enfermedad mortal, necesitas tratamiento. En ese momento, es difícil comparar precios o decir que no a los altos precios. Los pacientes no tienen opciones.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que el tratamiento preventivo de la rabia después de la exposición, que incluye la inmunoglobulina y cuatro dosis de la vacuna administrada durante un período de dos semanas, generalmente cuesta más de $3,000 en promedio. Se estima que entre 40,000 y 50,000 personas reciben anualmente estos tratamientos después de la exposición a animales potencialmente rabiosos, según los CDC.
Cada hospital puede fijar sus propios precios para el tratamiento.
En el caso de Parker, la mayor parte del costo fue por la inmunoglobulina antirrábica. Sólo por esa inyección, el hospital le cobró a ella y a su aseguradora $46,422. Eso está muy por encima de lo que se considera típico.
“Nunca he oído un precio tan alto para la inmunoglobulina”, dijo el consultor biomédico independiente Charles Rupprecht, asesor técnico de la Organización Mundial de la Salud sobre la rabia, quien dirigió el programa de rabia de los CDC durante 20 años. “¿Cómo es posible?”
Parker solicitó y recibió una factura detallada de su aseguradora y le pareció un precio exorbitante, así que lo buscó en Google.
“Vi que la inmunoglobulina era cara, pero no tanto”, dijo. “Lo pensé durante un rato porque estaba molesta. Finalmente, pasé por el hospital para confirmar y me dijeron: ‘Sí, así es'”.
La inmunoglobulina antirrábica es un producto complejo, fabricado a partir de plasma sanguíneo donado por voluntarios que han sido inmunizados contra la rabia. Tres fabricantes lo desarrollan y no hay escasez en este momento, según La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Actualmente, el precio promedio de adquisición al por mayor —la cantidad que pagan los mayoristas que luego aumenta cuando la venden a distribuidores o a hospitales— es de $361.26 por mililitro, según Richard Evans, analista de la industria farmacéutica de SSR Health, parte de la compañía de inversión SSR LLC.
Usando ese promedio, el precio de la dosis de 12 mililitros que recibió Parker habría sido de $4,334.
¿Quizás el hospital se equivocó al facturar, agregando un cero?
No, dijo la portavoz de Baptist Health, Dori Robau Álvarez, en una declaración enviada por correo electrónico.
El cargo de $46,422 reflejó los precios que el hospital tenía al 22 de septiembre de 2018, cuando trataron a Parker. Álvarez no reveló el costo, pero la simple matemática muestra que el hospital estaba facturando $7,737 por dosis de 2 mililitros, que es la forma habitual en que se empaqueta la inmunoglobulina.
Álvarez también señaló que un mes después de tratar a Parker, Mariners renovó por completo su lista de precios, conocida como “chargemaster”. El hospital redujo el costo de la inmunoglobulina antirrábica a $1,650 por cada 2 ml, lo que habría hecho que la factura de Parker fuera de $9,900. Todavía alta, pero no por las nubes.
Los hospitales revisan periódicamente sus “chargemaster”. Pero debe notarse que este recorte particular del 79% se produjo poco antes de enero, cuando las nuevas reglas exigieron a todos los hospitales, por primera vez, que publicaran esas listas de cargos previamente ocultas en los sitios web, lo que forma parte de la interpretación de la administración de Trump de la Ley de Cuidado de Salud Asequible.
“Las facturas de los pacientes que recibieron tratamiento antes del cambio reflejarían el precio anterior”, dijo Álvarez.
Álvarez no respondió a las preguntas de seguimiento sobre las razones de la caída del precio o sobre por qué tenían un precio por encima de la media antes del cambio.
Los precios de Chargemaster generalmente no son los que pagan las personas con seguro. Un beneficio de tener cobertura de salud es que las aseguradoras negocian descuentos para la atención dentro de la red. Parker acudió a un hospital de la red.
Pero no todos los servicios tienen un descuento negociado, según señalaron dos expertos en facturación de America’s Health Insurance Plans, el lobby de la industria. Y un descuento por un cargo muy alto sigue siendo una gran cantidad de dinero. En el caso de Parker, el plan de salud del sindicato de su esposo pagó $34,618 de la factura total de la sala de emergencias, incluyendo $33,423 sólo por la inmunoglobulina.
La APWU dijo que había solicitado una auditoría de la factura para verificar su exactitud. El plan de salud, en una declaración enviada por correo electrónico, dijo que no se puede hacer mucho más. “Aparte de los descuentos negociados, hay poco que el plan pueda hacer para cuestionar los cargos del hospital. Los cargos no llegan al nivel de ser fraudulentos”, concluyó la declaración.
Resolución: Después de contabilizar los pagos de la aseguradora, Parker tuvo que pagar $4,191, por los últimos $344 de su deducible para el año más su participación del 10% de los cargos aceptados por su aseguradora.
“Mi funeral hubiera sido más barato”, dijo.
Parker se enteró después de llamar a su aseguradora que la mordedura de gato debería haber sido considerada una lesión accidental y por lo tanto elegible para una cobertura del 100% bajo su plan de salud, menos el deducible restante. Ahora ha pedido que el hospital vuelva a presentar la factura a su plan de salud para ver si cubre el resto de su parte del 10% del costo. El hospital no ha ofrecido bajar el precio de la inmunoglobulina a su costo actual.
La lección: Si sospechas que has estado expuesto a la rabia, busca tratamiento. “Es prudente recibir atención médica inmediata y apropiada”, dijo Rupprecht.
Muchos de los servicios que forman parte de la salud pública pueden obtenerse gratuitamente o a bajo costo en los departamentos de salud locales. Estos van desde vacunas hasta tratamientos posteriores a la exposición a enfermedades como la rabia. Si es posible, consulta con tu departamento de salud para ver si ofrece tratamientos. Pero con una enfermedad grave como la rabia, si esos servicios no están disponibles inmediatamente, no esperes. Dirígete a un hospital y asegúrate que esté dentro de la red de tu aseguradora, si es posible.
Si recibes una factura por una cantidad exorbitante, solicita la factura detallada del hospital, no sólo el resumen. Además, ahora que los precios de hospital están disponibles públicamente en los sitios web, consúltalos.
Son largos y complicados. Todavía no están escritos en un lenguaje sencillo. Pero muchos están en orden alfabético y no es difícil, por ejemplo, encontrar una entrada para “Rabies IG” (Inmunoglobulina antirrábica).
Comprueba cómo se compara el precio que te han facturado con otros en tu área. (También puedes consultar los precios promedio en sitios como HealthcareBluebook.com o FairHealthConsumer.org). Comparte esa información con el departamento de recursos humanos de tu empleador, o utilízala para negociar con tu hospital y compañía de seguros.
NPR produjo y editó la entrevista con Elisabeth Rosenthal de Kaiser Health News. Nancy Klingener, reportera de la estación miembro WLRN de los Cayos de la Florida, proporcionó un reportaje de audio.
¿Tienes una cuenta médica exorbitante o desconcertante? Únete al Club de la Cuenta del Mes (Bill of the Month) de KHN y NPR y cuéntanos tu experiencia.
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorial independiente de la Kaiser Family Foundation.