Imagina un programa del gobierno que movilizara voluntarios para ayudar a los adultos mayores de todo el país en sus propios hogares. Uno está en camino.
La Administración para la Vida Comunitaria (ACL), parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), está liderando acciones para establecer un Cuerpo Nacional de Atención Voluntaria (National Volunteer Care Corps).
Si tiene éxito, retirados saludables y adultos jóvenes llevarían a los seniors a las citas médicas, comprarían sus víveres, palearían las aceras nevadas, tenderían una cama o limpiarían el piso, o simplemente los visitarían algunas veces por semana.
Los adultos mayores no solo tendrían ayuda con las tareas del hogar, sino también compañía y alivio del aislamiento social. Y sus cuidadores familiares podrían descansar.
Los voluntarios más jóvenes podrían obtener créditos para sus cursos en colegios comunitarios o pequeños estipendios. Los voluntarios mayores podrían disfrutar de tener un propósito por el que sintieran satisfacción.
No hay duda que la necesidad es enorme, ya que las filas de los estadounidenses mayores, de 85 años y más, que tienden a tener múltiples enfermedades crónicas y dificultades para realizar las tareas diarias, aumentarán a 14.6 millones en 2040, frente a más de 6 millones ahora.
¿Quién cuidará a estas personas mayores? Más de 34 millones de cuidadores familiares no remunerados asumen esa responsabilidad en la actualidad, junto con 3.3 millones de cuidadores personales pagos y asistentes de atención médica domiciliaria remunerados. (Medicare no paga los servicios de atención a largo plazo o los servicios no médicos en el hogar).
Según la Oficina de Estadísticas Laborales, se necesitarán más de 1.2 millones de nuevos empleos remunerados de este tipo para 2028. Pero cubrirlos será difícil, ya que los salarios son bajos, las condiciones de trabajo difíciles, y las oportunidades limitadas para el crecimiento profesional, además de la alta rotación.
Esta noción de un Cuerpo de Paz nacional para el cuidado de adultos mayores ha estado circulando desde 2013, cuando surgió en un chat de Twitter sobre cuidado de los mayores. En 2017 y 2018, proyectos de ley presentados en el Congreso propusieron un proyecto piloto, sin éxito.
Ahora, cuatro organizaciones encabezarán el proyecto Care Corps: el Instituto Oasis, que dirige el programa de tutoría intergeneracional de voluntarios más grande del país; la Caregiver Action Network; la National Association of Area Agencies on Aging; y el Instituto Altarum, que trabaja para mejorar la atención de los adultos mayores vulnerables.
La subvención inicial para el grupo es de $3.8 millones; se espera que el financiamiento total para el proyecto de cinco años sea de $19 millones, según dijo Greg Link, director de la oficina de servicios de apoyo y cuidado de la ACL.
Este otoño, los líderes del proyecto invitarán a organizaciones de todo el país a presentar propuestas para atender las necesidades “no médicas” de los adultos mayores y los adultos jóvenes con discapacidades. La próxima primavera, hasta 30 organizaciones recibirán subsidios por 18 meses de $30,000 a $250,000, según Juliet Simone, directora de salud nacional del Instituto Oasis.
El objetivo es descubrir programas innovadores y efectivos que ofrezcan servicios a diversas comunidades (geográficas, raciales y étnicas) y que puedan replicarse en múltiples lugares.
“Queremos que las organizaciones que se postulan sean muy flexibles y creativas”, dijo Anne Montgomery, subdirectora del Programa de Altarum para Mejorar el Cuidado de los Adultos Mayores. “Y nuestro objetivo es crear una infraestructura de voluntarios que pueda durar y ser sostenible”.
Todos los voluntarios se someterán a verificaciones de antecedentes y capacitación, y se hará hincapié en la evaluación de los resultados del programa.
“Queremos poder decir: “Estos son los servicios que la gente realmente necesita, y estos son los tipos de cosas que funcionan bien para poblaciones específicas”, dijo John Schall, CEO de la Caregiver Action Network. Los servicios podrían incluir preparar comidas, llevar a personas de la tercera edad a la iglesia o asistencia técnica en el hogar para usuarios de computadoras, entre muchas otras posibilidades.
Care Corps enfrenta varios desafíos. Uno grande: la subvención es pequeña, en comparación con los billones de dólares gastados en atención médica. Podría llevar mucho tiempo convertirlo en un esfuerzo nacional que atraiga más inversiones.
Los líderes del proyecto son optimistas. Para las organizaciones sin fines de lucro que trabajan en el campo del envejecimiento, “es mucho dinero, pueden hacer mucho con estas subvenciones”, dijo Sandy Markwood, CEO de la National Association of Area Agencies on Aging. Los programas pueden encontrar formas de licenciar modelos exitosos, y las fundaciones locales y nacionales pueden intervenir con apoyo adicional, dijo Simone.
Reclutar voluntarios podría ser otro desafío. En el Center for Volunteer Caregiving en Cary, Carolina del Norte, que ha estado brindando servicios de “visitas amistosas”, transporte y relevo para cuidadores durante 27 años, “es el problema más grande que enfrentamos”, dijo la directora ejecutiva Elaine Whitford.
Debido a que su organización se enfoca en construir relaciones con personas de la tercera edad, les pide a los voluntarios que se comprometan al menos un año. “Recibimos personas con mucho interés”, dijo Whitford, “pero luego la gente se da cuenta que esto simplemente no va a encajar en su agenda”.
Helen Anderson, de 86 años, tiene enfermedad de células falciformes, lupus y dolor crónico. Vive sola en un departamento de Cary. Sin la ayuda de los voluntarios del centro, tres mujeres y un hombre que la han estado llevando de compras, limpiando su apartamento y lavando su ropa desde 2008, dijo: “No podría vivir de forma independiente”.
Ya existen decenas de programas de voluntariado para personas mayores y con discapacidades, pero la mayoría son pequeños y muchos adultos mayores y sus familias no los conocen. Aún no está claro cómo interactuarán con Care Corps.
Uno de los más grandes es Seniors Corps, dirigido por la Corporation for National and Community Service. A través de su programa Senior Companion, los voluntarios de 55 años o más visitan a adultos mayores necesitados y los ayudan con tareas como hacer las compras o pagar facturas. Alrededor de 10,500 voluntarios pasan de 15 a 20 horas a la semana, en promedio, ayudando a 33,000 personas mayores a través de este programa.
Investigaciones recientes de Senior Corps demuestran que los voluntarios también se benefician mientras ayudan a otros, un hallazgo confirmado por una gran cantidad de investigaciones. Después de dos años de servicio, el 88% de los voluntarios de Senior Corps informaron sentirse menos aislados, mientras que el 78% dijo que se sentían menos deprimidos.
Para saber si el programa de acompañantes de Service Corps está disponible cerca de ti, usa esta nueva herramienta en su sitio web. El grupo también ofrece servicios menos intensivos a 300,000 adultos mayores y personas con discapacidades a través de su Retired Senior Volunteer Program.
Para obtener información sobre otros programas de voluntariado en tu comunidad, comunícate con un centro local para personas de la tercera edad, una Area Agency on Aging o el departamento de envejecimiento de tu condado, sugieren expertos. El Eldercare Locator de ACL puede ayudarte a identificar estas organizaciones.
Otra fuente es la National Volunteer Caregiving Network, una lista de alrededor de 700 programas, la mayoría de ellos basados en la iglesia, en su sitio web.
“El cuidado voluntario puede hacer la diferencia para que alguien tenga calidad de vida, o no tenga ninguna”, dijo Inez Russell, presidenta de la junta de la organización. También es la fundadora de Friends for Life, un programa de Texas que ofrece ayuda voluntaria a las personas mayores que intentan vivir de manera independiente y que se acerca a los mayores que no tienen familiares en cumpleaños y días festivos, entre otros servicios. En total, los dos programas llegan a unas 4.000 personas al año.
En Montpelier, Vermont, Joan Black, que tiene 88 años y vive sola en un apartamento de una habitación, ha sido miembro de Onion River Exchange, un banco de tiempo, durante 10 años. Los miembros de Onion River aportan bienes y servicios (un viaje al aeropuerto, una cacerola casera, un suéter de bebé recién tejido) al banco del tiempo y reciben bienes y servicios a cambio. Durante años, Black proporcionó información sobre el intercambio en los mercados de agricultores y otros eventos de la comunidad, su forma de crédito bancario.
Es una forma de voluntariado que “crea un sentido de comunidad para muchas personas”, dijo Edisa Muller, presidenta de la junta de Onion River.
Para Black, quien vive con un ingreso fijo pequeño y no puede pasar la aspiradora, fregar su bañera, quitarles el polvo a sus muebles de madera o palear el camino de entrada a su apartamento, participar en el banco de tiempo se ha convertido en una forma de conocer gente nueva y permanecer como parte integrante de la comunidad
“Me gusta una casa ordenada: cuando las cosas están fuera de servicio, estoy fuera de servicio”, dijo. “No creo que pueda hacer todo lo que hago o vivir como lo hago sin su ayuda”.
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorial independiente de la Kaiser Family Foundation.