El gobernador de Florida, Ron DeSantis, trató de aliviar el temor a volar durante la pandemia en un evento con ejecutivos de aerolíneas y compañías de alquiler de autos.
“Los aviones simplemente no han sido vectores cuando se observa la propagación del coronavirus”, dijo DeSantis en el encuentro en el Aeropuerto Internacional Fort Lauderdale-Hollywood el 28 de agosto. “La evidencia es la evidencia. Y creo que es algo que la gente puede hacer con seguridad “, agregó.
¿La evidencia es realmente tan clara?
La afirmación de DeSantis de que los aviones no han sido “vectores” de la propagación del coronavirus es falsa, según expertos. Un “vector” disemina el virus de un lugar a otro, y los aviones han transportado a pasajeros infectados a través de distintas regiones, lo que hace que los brotes de COVID-19 sean más difíciles de contener.
Joseph Allen, profesor asociado en la Universidad de Harvard y experto en exposiciones a virus, calificó a los aviones como “excelentes vectores para la propagación viral” en una llamada de prensa.
En contexto, DeSantis parecía estar haciendo hincapié en la seguridad de volar en avión en lugar del papel que desempeñaron los aviones en la propagación del virus de un lugar a otro.
Cuando se le consultó a la oficina del gobernador sobre datos que respaldaran los comentarios de DeSantis, el secretario de prensa Cody McCloud no presentó ningún estudio ni estadística. En cambio, citó el programa de rastreo de contactos del Departamento de Salud de Florida y escribió que “no ha proporcionado ninguna información que sugiera que algún paciente se haya infectado mientras viajaba en un vuelo comercial”.
El programa de rastreo de contactos de Florida se ha visto envuelto en una controversia sobre informes que denuncian que no tiene suficiente personal y que es ineficaz. CNN llamó a 27 residentes del estado que dieron positivo para COVID-19 y descubrió que solo cinco habían sido contactados por las autoridades de salud. (El Departamento de Salud de Florida no respondió a las solicitudes de entrevista).
Expertos aseguran que, en general, los aviones brindan ambientes seguros en lo que respecta a la calidad del aire, pero agregaron que el riesgo de infección depende en gran medida de las políticas que las aerolíneas puedan tener sobre los asientos de los pasajeros, el uso de máscaras y el tiempo de embarque.
Según indicaron, el riesgo de contraer el coronavirus en un avión es relativamente bajo si la aerolínea sigue los procedimientos de salud pública: hacer cumplir la regla de usar máscara, espaciar los asientos disponibles y examinar a los pasajeros enfermos.
“Si observas otras enfermedades, ves pocos brotes en aviones”, dijo Allen. “No son los semilleros de infección que la gente cree que son”.
Las aerolíneas señalan con frecuencia que los aviones comerciales están equipados con filtros de aire HEPA, recomendados por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), que se utilizan en las salas de aislamiento de los hospitales.
Los filtros HEPA capturan el 99,97% de las partículas en el aire y reducen sustancialmente el riesgo de propagación viral. Además, el aire en las cabinas se renueva por completo entre 10 y 12 veces por hora, elevando la calidad del aire por encima de la de un edificio normal.
Debido a la alta tasa de renovación del aire, es poco probable que se contraiga el coronavirus de alguien sentado a varias filas de distancia. Sin embargo, sí podría ocurrir el contagio de alguien cercano.
“El mayor riesgo durante el vuelo sería si el pasajero se sienta cerca de alguien que pueda infectar”, dijo Richard Corsi, quien estudia la contaminación del aire en interiores y es decano de Ingeniería en Universidad Estatal de Portland.
También es importante señalar que los sistemas de filtración de alta potencia de los aviones no son suficientes por sí solos para prevenir brotes. Si una aerolínea no mantiene libres los asientos del medio ni hace cumplir rigurosamente el uso de máscaras, volar puede ser bastante peligroso. Actualmente, las aerolíneas nacionales que mantienen abiertos los asientos intermedios incluyen Delta, Hawaiian, Southwest y JetBlue.
La razón de esto es que las personas infectadas envían partículas virales al aire a un ritmo más rápido que el que los aviones las expulsan fuera de la cabina. “Siempre que tose, habla o respira, está enviando gotitas”, dijo Qingyan Chen, profesor de ingeniería mecánica en la Universidad Purdue. “Estas gotas están en la cabina todo el tiempo”.
Esto hace que las medidas de protección adicionales, como el uso de máscaras, sean aún más necesarias.
Chen citó dos vuelos internacionales anteriores a la pandemia donde las tasas de infección variaron según el uso de mascarillas. En el primer vuelo, ningún pasajero llevaba máscaras y un solo pasajero infectó a 14 personas mientras el avión viajaba de Londres a Hanoi, Vietnam. En el segundo vuelo, de Singapur a Hangzhou, en China, todos los pasajeros llevaban máscaras faciales.
Aunque 15 pasajeros eran residentes de Wuhan con casos sospechosos o confirmados de COVID-19, el único hombre infectado en el recorrido se había aflojado la máscara en pleno vuelo y había estado sentado cerca de cuatro residentes de Wuhan que luego dieron positivo para el virus.
Pero, aunque volar es una actividad de riesgo relativamente bajo, se debe evitar viajar a menos que sea absolutamente necesario.
“Cualquier cosa que te ponga en contacto con más personas aumentará el riesgo”, dijo Cindy Prins, profesora clínica asociada de Epidemiología en la Escuela de Salud Pública y Profesiones de la Salud de la Universidad de Florida.
El verdadero peligro de viajar no es el vuelo en sí. Sin embargo, pasar por el control de seguridad y esperar en la puerta de embarque es probable que ponga a la persona en contacto cercano con otros y aumente sus posibilidades de contraer el virus.
Además, abordar, cuando el sistema de ventilación del avión no está funcionando y las personas no pueden mantenerse alejadas entre sí, es una de las partes más riesgosas. “Reducir este tiempo es importante para bajar la exposición”, escribió Corsi. “Hay que llegar al asiento con la máscara y sentarse lo más rápido posible”.
Con todo, es demasiado pronto para determinar cuánta transmisión de persona a persona ha ocurrido en vuelos.
Julian Tang, profesor asociado honorario en el Departamento de Ciencias Respiratorias de la Universidad de Leicester, en Inglaterra, dijo que está al tanto de varios grupos de infecciones relacionadas con los viajes aéreos. Sin embargo, es un desafío demostrar que las personas contrajeron el virus en un vuelo.
“Alguien que presenta síntomas de COVID-19 varios días después de llegar a su destino podría haberse infectado en casa antes de llegar al aeropuerto, mientras estaba en el aeropuerto o en el vuelo, o incluso al llegar al aeropuerto de destino, porque todo el mundo tiene un período de incubación variable”, dijo Tang.
Katherine Estep, vocera de Airlines for America, un grupo comercial de la industria centrado en Estados Unidos, dijo que los CDC no han confirmado ningún caso de transmisión a bordo de una aerolínea estadounidense.
La ausencia de transmisión confirmada no es necesariamente una prueba de que los viajeros estén seguros. En cambio, la falta de datos refleja el hecho de que Estados Unidos tiene una tasa de infección más alta en comparación con otros países, dijo Chen. Dado que tiene tantos casos confirmados, es más difícil determinar exactamente dónde alguien contrajo el virus.