Si los pacientes vuelven a ver a la doctora Crystal Bowe poco después de tomar medicamentos para tratar una infección de transmisión sexual, ella generalmente sabe la razón: sus parejas los han vuelto a infectar.
“Aunque le dices a la gente que no tenga relaciones sexuales hasta que las dos personas reciban tratamiento, simplemente no esperan”, dijo. “Así que están pasándose la infección una a la otra”.
Ahí es cuando Bowe, quien practica a ambos lados de la frontera en Carolina del Norte y Carolina del Sur, hace algo que los médicos a menudo se muestran reacios a hacer: les receta antibióticos a las parejas, sin verlas.
Funcionarios federales de salud han recomendado esta práctica, conocida como terapia acelerada para la pareja, para la clamidia y la gonorrea, desde 2006. La estrategia permite a los médicos recetar medicamentos a las parejas de sus pacientes sin examinarlas. La idea es prevenir el tipo de reinfecciones que Bowe describe, y frenar la transmisión de enfermedades de transmisión sexual (ETS) a otras personas.
Sin embargo, muchos médicos no están tomando el consejo del gobierno federal debido a preocupaciones éticas y legales arraigadas.
“Los proveedores de atención médica tienen una larga tradición de mostrarse reacios a recetar a personas que no han examinado”, dijo Edward Hook, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Alabama en Birmingham. “Hay cierto escepticismo”.
Sin embargo, el aumento de estas infecciones en todo el país en los últimos años ha creado un sentido de urgencia para que los médicos adopten esta práctica. Las tasas de ETS han alcanzado un máximo histórico, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). En 2017, la tasa de casos informados de gonorrea aumentó casi un 19% con respecto al año anterior a 555,608. La tasa de casos de clamidia aumentó casi un 7%, llegando a 1,7 millones.
“Las ETS están en todas partes”, dijo el doctor Cornelius Jamison, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan. “Tenemos que encontrar la forma de prevenir la propagación de estas infecciones. Y es necesario poder tratar a varias personas a la vez”.
La mayoría de los estados permiten la terapia acelerada para la pareja. Dos, Carolina del Sur y Kentucky, la prohíben, y otros seis, además de Puerto Rico, no tienen una orientación clara para los médicos.
Un estudio de 2014 mostró que los pacientes tenían hasta un 29% menos de probabilidades de volver a infectarse cuando sus médicos les recetaban medicamentos a sus parejas. El estudio también mostró que las parejas que obtuvieron esas recetas tenían más probabilidades de tomar los antibióticos que las que simplemente fueron derivadas a un médico.
Sin embargo, solo alrededor de la mitad de los proveedores informaron haber recetado medicamentos a las parejas de pacientes con clamidia, y solo el 10% dijo que siempre lo hace, según otro estudio. La investigación publicada a principios de este año mostró que las tasas de clamidia fueron más altas en los estados donde no hay una ley que permita explícitamente las recetas para las parejas.
Debido al aumento de la resistencia a los antibióticos, los CDC ya no recomiendan antibióticos orales exclusivamente para tratar la gonorrea. Pero si las parejas de los pacientes no pueden recibir el tratamiento recomendado, que incluye una inyección, los CDC dijeron que los antibióticos orales por sí solos son mejores que ningún tratamiento.
“El aumento de la resistencia bacteriana y de las tasas de enfermedades es una receta para el desastre”, dijo David Harvey, director ejecutivo de la Coalición Nacional de Directores de ETS. El tratamiento de la pareja es importante para “combatir las crecientes tasas de gonorrea en el país, antes que sea demasiado tarde”.
Las recomendaciones de los CDC son principalmente para parejas heterosexuales porque hay menos datos sobre la efectividad del tratamiento en hombres que tienen sexo con hombres, y debido a la preocupación por el riesgo de VIH.
Bowe dijo que a pesar de que escribe recetas de ETS para las parejas de sus pacientes, todavía le preocupan las posibles alergias a los medicamentos o los efectos secundarios.
“No sé sus condiciones médicas”, dijo. “Puedo contribuir a un problema del que seré responsable”.
Varias asociaciones médicas apoyan el tratamiento de pareja. Pero reconocen los problemas éticos y dicen que solo debe usarse si las parejas no pueden o no quieren tener una cita médica.
Los funcionarios federales están tratando de crear conciencia sobre la práctica mediante la capacitación de médicos y otros profesionales de salud, dijo Laura Bachmann, directora médica de la oficina de prevención de ETS de los CDC. La agencia publica un mapa con detalles sobre la práctica en cada estado.
Edith Torres, residente de Los Ángeles, dijo que presionó a su entonces esposo para que fuera al médico después que fue diagnosticada con clamidia hace unos años: se negó a tener relaciones sexuales con él hasta que fue al médico. Torres dijo que quería que su esposo escuchara directamente del doctor los riesgos de las ETS y cómo se transmiten.
Torres dijo que fue importante que su marido fuera al médico, porque de otra manera solo hubiera tomado el medicamento, pero no habría aprendido sobre la infección y las formas de contagio.
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorial independiente de la Kaiser Family Foundation.