Las personas de bajos ingresos con diabetes pueden pagar sus medicamentos y manejar su enfermedad más fácilmente en los estados que ampliaron Medicaid bajo la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA), sugiere un nuevo estudio.
El estudio, publicado en Health Affairs, encontró un aumento de aproximadamente 40% en el número de recetas médicas para medicamentos contra la diabetes en los programas de Medicaid de los 30 estados (incluyendo a Washington, DC) que ampliaron la elegibilidad en 2014 y 2015, en comparación con años anteriores.
Por el contrario, los estados que rechazaron la expansión de Medicaid no vieron un aumento notable.
“Obtener un seguro de Medicaid habría reducido significativamente los gastos de bolsillo de insulina para pacientes que anteriormente no tenían seguro, lo que facilitaría la aceptación del medicamento”, dijo el estudio de Health Affairs.
La diabetes, que se caracteriza por niveles anormalmente altos de azúcar en la sangre, es una enfermedad crónica que requiere atención médica costosa y continua. Más de 114 millones de adultos en el país tienen diabetes o prediabetes, convirtiendo a la enfermedad en uno de los desafíos de salud más grandes.
“A la larga, prevenir las complicaciones de la diabetes no solo salva vidas, sino que mejora la salud pública, y ahorra dinero público”, dijo el doctor Michael Bush, endocrinólogo en Beverly Hills, California, y presidente de la sección de California de la Asociación Estadounidense de Endocrinólogos Clínicos.
Bush y otros expertos dijeron que el estudio de Health Affairs muestra que la expansión de Medicaid puede ayudar a los pacientes a controlar su salud y también a limitar los gastos innecesarios. Un análisis de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) citado por el estudio muestra que cada paciente con diabetes que recibe tratamiento para la afección puede llevar a una reducción de $6,394 en los costos de atención médica debido a la menor cantidad de internaciones.
En California, aproximadamente 3.9 millones de personas obtuvieron cobertura cuando el estado amplió la elegibilidad para Medi-Cal, la versión estatal del programa federal de Medicaid. En total, alrededor de 13.5 millones de personas, más de un tercio de los californianos, están inscriptos en Medi-Cal.
Para 2016, alrededor de 12 millones de personas se habían inscrito en Medicaid a nivel nacional como resultado de la expansión, según la Kaiser Family Foundation. La fundación estima que más de 2 millones de personas que viven en estados no participantes habrían calificado para Medicaid si sus estados hubieran elegido la expansión.
“No es particularmente sorprendente que la expansión de Medicaid abriera la puerta para que muchas más personas pudieran obtener recetas y manejar una enfermedad crónica como la diabetes”, dijo Flojaune Cofer, directora de política estatal e investigación en Public Health Advocates, una organización sin fines de lucro con sede en Davis, California, que busca eliminar las desigualdades de salud en California.
Pero Michael Cannon, director de estudios de políticas de salud en el libertario Instituto Cato, dijo que la expansión de Medicaid podría no significar buenas noticias para todos.
Medicaid paga una fracción del precio de lista de un medicamento, lo que lleva a las compañías farmacéuticas a subir los precios para todos, dijo. Eso, a su vez, podría aumentar los costos de las primas o los gastos de bolsillo para los que tiene un seguro privado.
“Hay que mirar no solo los efectos inmediatos de una política, sino todos sus efectos”, dijo Cannon. “A medida que suban los precios, menos personas podrán pagar los medicamentos para la diabetes”.
El año pasado, casi 900,000 californianos con Medi-Cal tenían diabetes, de acuerdo con cifras estatales.
Uno de ellos es James Warden, de 62 años, un ranchero retirado cerca de Fresno, California, quien dijo que tuvo que dejar de trabajar hace unos años, por una lesión en la espalda.
Warden se inscribió en Medi-Cal en 2016 y fue diagnosticado con diabetes el año pasado luego que tuviera que ir al hospital por una condición urinaria, contó. Sin la cobertura, dijo, no tendría la insulina que su cuerpo necesita.
“Medi-Cal me salvó”, dijo. “No tendría el dinero para poder pagar, o ir al médico o cualquier cosa”.
Los investigadores descubrieron que las personas en grupos con una mayor prevalencia de diabetes antes de que ACA se convirtiera en ley, como las que tienen entre 55 y 59 años, mostraron mayores aumentos en la reposición de sus medicamentos para la diabetes luego de las expansiones de Medicaid.
El precio de la insulina, un medicamento básico para muchos pacientes con diabetes, aumentó casi un 200% entre 2002 y 2013, según el estudio.
Y casi el 40% de los usuarios de insulina que respondieron a la encuesta de asequibilidad de insulina de la American Diabetes Association (ADA) en 2018 informaron que se habían enfrentado a un aumento de precios en el último año. Como resultado, muchos dijeron que tomaban menos medicamento, salteaban dosis o cambiaban a uno más barato.
En los estados que no ampliaron Medicaid después de 2014, como Texas y Florida, el número de recetas de diabetes permaneció relativamente estable, encontró el estudio. En estos estados, las personas con diabetes de bajos ingresos y los que no tienen seguro deben confiar en un “mosaico de opciones” para obtener insulina y otros medicamentos para tratar su enfermedad, según la ADA. Los pacientes pueden necesitar buscar ayuda a través de programas de asistencia a pacientes de compañías farmacéuticas o de la caridad, dijo el grupo.
El estudio también mostró un aumento en las recetas de medicamentos para la diabetes más nuevos y costosos que tienen menos efectos secundarios y la controlan de manera más efectiva. Y hubo un aumento en las recetas de metformina, un medicamento genérico que a menudo se usa como primera línea de tratamiento para los pacientes recién diagnosticados con diabetes tipo 2.
El aumento de las recetas de metformina sugiere que la ley federal de salud también provocó que más personas fueran diagnosticadas, dijeron los autores.
El estudio, realizado por economistas farmacéuticos y de salud de la Universidad del Sur de California, se basó en un análisis de recetas antes y después que comenzaran las expansiones estatales de Medicaid, en 2014. La cantidad de estados que expandió Medicaid ha crecido a 33, y Washington, D.C.
Las recetas analizadas cubren el período comprendido entre 2008 y 2015. Alrededor del 15% de las farmacias minoristas no compartió su información, y los datos no incluían las recetas de clínicas de salud o recibidas por correo, lo que podría haber llevado a subestimar el efecto total, dijeron los autores.
Bush, el endocrinólogo de Beverly Hills, reconoció que proporcionar medicamentos para la diabetes a pacientes de Medicaid es costoso para los contribuyentes. Pero dijo que es dinero bien gastado.
“Es claramente una enfermedad en la que, si usted se ocupa de ella ahora, puede prevenir complicaciones que ocurren más adelante”, dijo.
La cobertura de KHN de estos temas cuenta con el respaldo de California Health Care Foundation y Laura and John Arnold Foundation.