SAN JOSE, California. – En dos escuelas públicas autónomas de la ciudad de Sebastopol, en el área vinícola de Sonoma, más de la mitad de los niños de jardín recibieron exenciones médicas para no recibir las vacunas requeridas por el estado el año escolar pasado. Las ciudades de Berkeley, Santa Cruz, Nevada City, Arcata y Sausalito tuvieron escuelas en las que más del 30% de los estudiantes de jardín tenían estas exenciones.
Hace casi tres años, con las tasas de enfermedades infecciosas en aumento, California promulgó una ley ferozmente cuestionada que prohibía a los padres citar creencias personales o religiosas para evitar la vacunación de sus hijos. Los niños solo pueden ser exentos por motivos médicos, si las vacunas son perjudiciales para su salud.
Sin embargo, hoy en día, muchas de las escuelas que tenían las tasas más altas de estudiantes no vacunados antes de la nueva medida continúan ostentando esa distinción. Esto se debe a que los padres han encontrado como darle vuelta a la nueva ley. Y a menudo lo han hecho con la colaboración de médicos, algunos ni siquiera pediatras. Un proveedor de exenciones prolífico es un psiquiatra que dirige una clínica anti envejecimiento.
Los médicos en California tienen una amplia autoridad para otorgar exenciones médicas a la vacunación, y para decidir los motivos para hacerlo. Algunos están ejerciendo ese poder generosamente y, a veces, por dinero en efectivo: firman docenas, incluso cientos, de exenciones para los niños de comunidades lejanas.
“Es una especie de gran jugada de los que rechazan las vacunas, que están tratando de eludir la SB 277, el proyecto de ley del Senado de California firmado por el gobernador Jerry Brown en 2015”, dijo el doctor Brian Prystowsky, pediatra de Santa Rosa. “Es algo realmente aterrador. Tenemos grupos en nuestra comunidad que solo están esperando que el sarampión arrase sus escuelas”.
El número de niños de California que recibieron exenciones médicas de las vacunas se ha triplicado en los últimos dos años.
En todo el país, 2019 se perfila como uno de los peores años para los casos de sarampión en un cuarto de siglo, con brotes importantes en Nueva York (que declaró una emergencia sanitaria), Texas y el estado de Washington, y se han reportado nuevos casos en 12 estados más, incluido California. La experiencia de California subraya lo difícil que es lograr que los padres cumplan con las leyes de vacunación destinadas a proteger la seguridad pública, cuando una población pequeña pero firme de familias y médicos parece decidida a resistir.
Cuando el Proyecto de Ley 277 del Senado entró en vigencia en 2016, California se convirtió en el tercer estado, después de Mississippi y West Virginia, en prohibir las exenciones de vacunas basadas en creencias personales o religiosas para estudiantes de escuelas públicas y privadas. (La prohibición no se aplica a los estudiantes que reciben educación en el hogar).
En los dos años siguientes, la SB 277 mejoró las tasas generales de vacunación infantil: el porcentaje de niños de jardín vacunados por completo aumentó de 92.9% en el año escolar 2015-16 a 95.1% en 2017-18.
Pero esos logros se estancaron el año pasado por el dramático aumento de las exenciones médicas: más de 4,000 estudiantes de jardín recibieron estas exenciones en el año escolar 2017-18. Aunque el número todavía es relativamente pequeño, muchos se concentran en un puñado de escuelas, lo que hace que esas aulas sean extremadamente vulnerables a brotes graves.
Según las pautas federales, ampliamente aceptadas, las exenciones de vacunas por razones médicas deberían ser extremadamente raras. Por lo general, se reservan para los niños que son alérgicos a los componentes de la vacuna, que han tenido una reacción previa a una vacuna o cuyos sistemas inmunitarios están comprometidos, incluidos los que reciben tratamiento para el cáncer. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), las alergias comunes y el asma no son razones para retrasar o evitar las vacunas. Tampoco es el autismo.
Antes que la ley de inmunización de California entrara en vigencia, solo una fracción del 1% de los estudiantes del estado tenía exenciones médicas. En el último año escolar, 105 escuelas, a lo largo de todo el estado, informaron que el 10% o más de sus alumnos de preescolar habían recibido exenciones médicas. En 31 de esas escuelas, el 20% o más de esos alumnos tenían exenciones médicas.
El aumento en las exenciones médicas se está produciendo en medio de un debate nacional con tintes políticos sobre las vacunas y la libertad personal, a medida que el sarampión reaparece en los Estados Unidos y en todo el mundo. Según los CDC, al menos 387 casos de sarampión se habían reportado en todo el país hasta el 28 de marzo. En California, se habían reportado 16 casos, dos de los cuales requirieron hospitalización.
Funcionarios estatales dicen que el problema en California es cómo se estructuró la ley de inmunización. Se eliminó la capacidad de los padres para citar la “creencia personal” como una razón para eximir a sus hijos de los requisitos de vacunas en guarderías y escuelas. Ahora, un médico con licencia debe autorizar las exenciones, el cual proporciona una declaración por escrito que cita una condición médica que indica que la inmunización “no se considera segura”.
Pero la ley no especifica las condiciones que hacen que un estudiante califique para una exención médica, ni requiere que los médicos sigan las pautas federales.
Esto ha conducido a una especie de mercado gris en el que los padres comparten de boca en boca, o en grupos privados en Facebook, los nombres de médicos “amigables” con las exenciones. Y algunos de esos médicos están otorgando exenciones generales a los niños, sin expiración y para todas las vacunas, citando una serie de afecciones que no están respaldadas por las pautas federales, como los antecedentes familiares de eccema o artritis.
En medio de las crecientes preocupaciones sobre las exenciones sospechosas, el Departamento de Salud Pública de California lanzó recientemente una revisión de las escuelas con números “biológicamente improbables” de exenciones médicas, dijo la doctora Karen Smith, directora de la agencia. Los médicos que hayan escrito exenciones cuestionables serán remitidos a la Junta Médica de California para una posible investigación.
La Junta Médica, la entidad que otorga licencias a los médicos, tiene la autoridad de imponer sanciones si éstos no han seguido la práctica médica estándar al examinar a los pacientes o documentar los motivos específicos de una exención.
Sin embargo, en los últimos años, la junta ha sancionado a un solo médico por escribir de manera inadecuada una exención en un caso que ocupó los titulares. Desde 2013, la junta ha recibido 106 quejas sobre exenciones de vacunas potencialmente inapropiadas, incluidas nueve en lo que va del año, dijo Carlos Villatoro, vocero de la entidad.
Un caso pendiente involucra al doctor Ron Kennedy, quien se especializó en psiquiatra, pero ahora dirige una clínica anti envejecimiento en Santa Rosa.
Investigadores de la Junta Médica dieron el paso inusual de solicitar los registros médicos de los estudiantes en 12 distritos escolares, después de recibir quejas que Kennedy estaba escribiendo exenciones inapropiadas. Descubrieron que Kennedy había escrito al menos 50 exenciones, utilizando formatos de cartas casi idénticas, para estudiantes en múltiples comunidades, entre ellas Santa Rosa, Fremont y Fort Bragg. Kennedy argumentó que las inmunizaciones estaban “contraindicadas” para una lista general de afecciones que incluían lupus, problemas de aprendizaje, alergias alimentarias y “desintoxicación”.
El doctor Dean Blumberg, jefe de enfermedades infecciosas pediátricas en el Hospital de Niños de UC Davis y testigo experto de la Junta Médica, dijo que las exenciones emitidas por Kennedy parecen haber sido provistas “sin una evaluación apropiada”, según documentos judiciales.
También según documentos legales, Kennedy se ha negado a entregar registros médicos de tres de sus pacientes a la junta, la cual todavía no ha presentado una acusación formal. Kennedy continúa ejerciendo.
Al igual que Kennedy, muchos de los médicos que otorgan exenciones no ortodoxas citan su creencia en los derechos de los padres o inquietudes sobre referencias no respaldadas por la ciencia médica convencional. Kennedy está demandando a la Junta Médica y a su agencia madre, el Departamento de Asuntos del Consumidor de California, diciendo que el estado no tiene el derecho legal de citar a los distritos escolares para que entreguen los registros médicos de sus pacientes sin informarles antes para que pueda impugnar la acción en el tribunal. El caso está en curso.
Kennedy se negó a hacer comentarios a Kaiser Health News. “No quiero estar en el ojo público”, dijo en un breve intercambio telefónico. “Me tengo que ir. Tengo un negocio que dirigir”.
En Monterey, el doctor Douglas Hulstedt es conocido como el médico para consultar para las familias que buscan exenciones médicas. En una breve entrevista telefónica, dijo que estaba preocupado por ser el blanco de la Junta Médica estatal. “Me he arriesgado solo hablando contigo”, dijo. Dijo que no otorga exenciones a todos los niños que examina, pero cree que las vacunas pueden causar autismo, un punto de vista marginal que ha sido desacreditado por múltiples estudios.
En marzo, la publicación en internet Voice of San Diego resaltó a los médicos que escriben exenciones, incluido uno que había escrito más de un tercio de las 486 exenciones médicas para estudiantes en el Distrito Escolar Unificado de San Diego. Los funcionarios del distrito habían compilado una lista de estas exenciones y los médicos que las proporcionaron.
El senador estatal Richard Pan (demócrata de Sacramento), pediatra que patrocinó la ley de vacunación de California, ha criticado abiertamente a los médicos que, según afirma, están burlándose de la intención de la legislación al otorgar exenciones “falsas”. El mes pasado, introdujo una legislación de seguimiento que requeriría que el departamento de salud estatal apruebe las exenciones médicas. El departamento también tendría la autoridad para revocar las exenciones que se consideran incompatibles con las pautas de los CDC.
“No podemos permitir que un pequeño número de médicos sin ética ponga a nuestros hijos en riesgo”, dijo Pan. “Es hora de frenar las exenciones médicas falsas y a los médicos que las están vendiendo”.
La reportera digital de California Healthline Harriet Blair Rowan y la corresponsal de política de California Samantha Young colaboraron con este informe.
Esta historia de KHN fue publicada primero en California Healthline, un servicio de la California Health Care Foundation.