El doctor John Chisholm, podólogo de San Diego, recuerda el impacto sufrido por algunos de sus pacientes en 2009 cuando Medi-Cal, el seguro de salud de California para personas de bajos ingresos, eliminó la cobertura de podología y otros beneficios para adultos debido al enorme déficit presupuestario generado por la Gran Recesión.
Chisholm llamó a ese recorte “El Grande”, en referencia a los terremotos californianos, y para algunos de sus pacientes de bajos ingresos las consecuencias fueron catastróficas. Muchos de ellos tenían diabetes y ya no podían costear el cuidado de los pies, vital para las personas con esa enfermedad que puede constreñir el flujo sanguíneo y causar graves daños. Esos pacientes dejaron de acudir a su consulta.
Sólo los volvía a ver cuando lo llamaban de la sala de emergencias para realizar amputaciones a aquellos cuya enfermedad no había sido controlada.
“Para muchos trabajadores pobres, perder esta cobertura fue devastador”, dijo Chisholm. “La gente tuvo que elegir entre las necesidades básicas de la vida o ir al médico. Vi mucho dolor”.
Este mes, Medi-Cal restauró la podiatría y otros beneficios de salud para adultos eliminados hace más de una década, incluyendo lentes y terapia del habla, así como exámenes del oído, dispositivos de audición y otros servicios. El presupuesto del estado para el período 2019-2020 proporciona $17.4 millones para pagar la cobertura.
Unos 13 millones de californianos, incluyendo 7 millones de adultos, están cubiertos por Medi-Cal, la versión estatal de Medicaid.
“Millones de personas tienen ahora acceso a una atención médica que antes no tenían”, explicó Anthony Wright, director ejecutivo de Health Access California, un grupo de defensa del consumidor con sede en Sacramento. “Y hemos visto que servicios como la podología, la audiología y la terapia del habla son claramente necesarios desde el punto de vista médico”.
Algunos activistas de la salud se preguntan por qué el estado tardó tanto tiempo en restaurar los beneficios. “Muchos de los recortes relacionados con la recesión se hicieron a costa de las personas de bajos ingresos. Pero cuando llegó la recuperación económica no se restauraron”, expresó Linda Nguy, del Western Center on Law and Poverty. “Las personas que más necesitaban los servicios médicos fueron las primeras en verlos recortados y las últimas en recuperarlos”.
Anthony Cava, vocero del Departamento de Servicios de Salud de California, dijo que los beneficios recientemente restablecidos son sólo los últimos en una restauración incremental de la atención para la población adulta de bajos ingresos del estado. La acupuntura regresó en 2016, y los beneficios dentales en 2018, añadió Cava.
Raquel Serrano, una trabajadora agrícola de 67 años en Fresno, será una de las personas que aprovecharán los beneficios restablecidos de Medi-Cal. Serrano se enteró de que tenía diabetes hace una década, pero se inscribió en Medi-Cal hace poco. Durante años bebió refrescos azucarados con cada comida y chocolate caliente con pan a la hora de acostarse.
“Mis padres no tenían educación sobre la diabetes”, contó el hijo de Serrano, José, el mayor de seis hijos. “La gaseosa era algo que teníamos en la mesa para el desayuno, el almuerzo y la cena. Bebíamos soda, no agua”. Ahora su madre podrá ver a un podólogo, conseguir anteojos y arreglar la dentadura. “Pensamos que esto añadirá años a su vida”, dijo Serrano.
Quienes apoyan la restauración de los beneficios aseguran que cuidar de los pies de personas con diabetes, como Serrano, será un gran ahorro para el estado. Un análisis realizado en 2017 por investigadores de la UCLA estimó que el uso de los servicios de podología preventiva ahorró a Medi-Cal hasta $97 millones en 2014, lo que se puede atribuir a que se evitaron admisiones hospitalarias y amputaciones.
Las amputaciones de miembros inferiores aumentaron en toda California en un asombroso 31% entre 2010 y 2016, según datos de los hospitales estatales reportados por inewsource, una organización de periodismo de investigación sin fines de lucro con sede en San Diego.
Chisholm atribuye el aumento, en parte, a la eliminación de los beneficios podiátricos para los pacientes de Medi-Cal. “No podemos decirlo con certeza”, indicó, “pero California sufrió una avalancha de amputaciones después de estos recortes. Son cifras convincentes”.
Chisholm, que dirige consultorios de podología en National City y Chula Vista, dos vecindarios de clase trabajadora de San Diego, contó que una persona mayor latina a la que había tratado durante años no podía pagarle cuando Medi-Cal dejó de cubrir sus tratamientos en 2009, por lo que se ofreció a tratarla de forma gratuita.
Pero por alguna razón, ya sea vergüenza o alguna confusión burocrática, la mujer dejó de acudir a la consulta, dijo el doctor. Chisholm no volvió a saber de ella hasta que un día lo llamaron a la sala de emergencias para realizar una amputación por debajo de la rodilla. Ella era la paciente.
Aunque ahora los beneficios han sido restaurados, muchos activistas se preguntan si los pacientes que necesitan ver a podólogos, audiólogos o terapeutas del habla podrán obtener citas.
“Muchos de estos proveedores no han trabajado con Medi-Cal durante años, por lo que podría ser un reto acomodar a todos estos pacientes”, dijo Nadereh Pourat, directora asociada del Centro de Investigación de Políticas de Salud de la UCLA.
Chisholm dijo que California ha reducido recientemente la cantidad de papeleo requerido por los proveedores de atención médica para ser reembolsados por los servicios que ofrecen a los pacientes de Medi-Cal. “Solía ser una pesadilla burocrática, incluyendo el papeleo y la documentación, conseguir que el gobierno te reembolsara incluso por los procedimientos más sencillos”, explicó. “Pero eso ha mejorado, igual que las tarifas de los reembolsos”.
Muchos médicos de California han rechazado por años tratar a los pacientes inscritos en Medi-Cal debido a las bajas tasas de pago del programa, pero el estado ha aumentado esas tasas, en algunos casos sustancialmente, en los últimos dos años.
Pero la última restauración de los beneficios de Medi-Cal es tan nueva que muchos médicos y pacientes todavía no la entienden completamente.
Y los hispanohablantes enfrentan una complicación adicional, según J. Luis Bautista, quien dirige dos clínicas en el Valle Central que atienden principalmente a pacientes latinos, muchos de los cuales están en Medi-Cal. “Lo que los pacientes escuchan en las noticias y leen en el Internet es diferente. No están seguros de cuáles servicios están cubiertos y cuáles no”, dijo Bautista.
Chisholm señaló que a pesar de los esfuerzos de su oficina y de las asociaciones de podólogos para difundir el mensaje sobre los beneficios restaurados, resulta lento llegar al público e incluso a algunos trabajadores de la salud. Recientemente escuchó a una recepcionista en una de sus oficinas rechazar a un paciente de Medi-Cal que había pedido una cita.
“Escuché que le decía al hombre, ‘No, no aceptamos Medi-Cal’, y salí de mi oficina y dije, ‘Sí lo aceptamos'”, recordó Chisholm. “Esta empleada había asistido a todas las reuniones, había recibido los memorandos, y aún no lo había asimilado. Pero conseguimos atender al paciente”.