Naranja. Eucalipto. Lavanda. Menta.
Médicos de los hospitales Colorado Children’s y Seattle Children’s utilizarán estos aromas para tratar a niños con covid que perdieron el sentido del olfato.
Los padres realizarán un entrenamiento, y llevarán a casa un kit de aceites esenciales para que sus hijos los huelan, dos veces al día, durante tres meses. Los especialistas monitorearán sus progresos cada mes.
La Smell Disturbance Clinic fue aprobada para abrir el 10 de marzo en el hospital de Colorado. Hasta ahora se han examinado cinco niños y uno se ha inscripto. Seattle espera abrir la clínica esta primavera.
Este tratamiento, conocido como “entrenamiento olfativo”, ha demostrado ser eficaz en adultos. Sin embargo, según los médicos, prácticamente no hay datos sobre si el método funciona en niños.
A medida que la pandemia de covid ha ido evolucionando en los últimos 12 meses, un número creciente de niños y adultos jóvenes han desarrollado la enfermedad. Y un grupo cada vez mayor sufre síntomas de larga duración.
Una de las quejas más comunes es la pérdida de olfato.
La relación entre el coronavirus y las alteraciones del olfato en los adultos está bien documentada. Sin embargo, los científicos siguen sin saber cuántas personas desarrollan esta complicación ni cómo la desencadena el virus.
Diferentes equipos de investigación han encontrado pistas que podrían explicar el fenómeno, como la inflamación y las alteraciones en las estructuras que soportan las células responsables de la función olfativa.
Pero el tema en los niños está poco estudiado. De hecho, según el doctor John McClay, especialista en otorrinolaringología pediátrica, existen relativamente pocos estudios sobre niños con cualquier tipo de alteración del olfato, y mucho menos los causados por covid.
“Todo es demasiado nuevo”, aseguró McClay, que también es presidente del comité de educación sobre otorrinolaringología de la Academia Americana de Pediatría. “No hay nada definitivo”.
El entrenamiento olfativo ha sido un tratamiento habitual en adultos que sufren este problema; ya sea por un trastorno neurológico como el Alzheimer, un tumor que bloquea el flujo de aire nasal o incluso algunos virus, covid incluido.
Por lo general, esto es lo que ocurre: los médicos prueban el sentido del olfato del paciente para establecer un punto de partida. A continuación, los adultos reciben un conjunto de aceites esenciales con determinados olores e instrucciones sobre cómo estimular la nariz en casa.
Los pacientes suelen oler cada aceite dos veces al día durante varias semanas o meses. Y documentan la experiencia. Al final del entrenamiento, los médicos vuelven a examinarlos para comprobar si han mejorado.
La doctora Yolanda Holler-Managan, neuróloga pediátrica y profesora adjunta de pediatría en la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, dijo que este método, que suele utilizarse en el tratamiento de adultos, podría funcionar también en los niños.
En ambos grupos de edad, el nervio olfativo puede regenerarse cada seis a ocho semanas. A medida que el nervio se cura, este entrenamiento puede ayudar a fortalecer el sentido del olfato.
“Es como ayudar a un músculo a fortalecerse de nuevo”, explicó.
A fines de la primavera pasada, cuando los médicos comenzaron a descubrir problemas de olfato y gusto en adultos con covid, el doctor Kenny Chan, especialista pediátrico en oído, nariz y garganta que supervisa la nueva clínica en Colorado, se dio cuenta de que esto también podría ser un problema para los niños.
La doctora Kathleen Sie, del Seattle Children’s Hospital, observó lo mismo cuando recibió un correo electrónico de alguien de un centro de urgencias local. Tras leer el mensaje, Sie llamó a Chan, del Colorado Children’s, para hablar del tema. A partir de esta conversación, Sie vio la necesidad de abrir una clínica para estimular el olfato.
Ambos médicos deben enfrentar las dificultades que el “entrenamiento olfativo” puede suponer para los niños. Una es que algunos pacientes pueden no saber identificar ciertos olores —los aromas del eucalipto o las especias como el clavo, por ejemplo— porque son demasiado jóvenes para tener un marco de referencia, señaló McClay.
Para abordar estas cuestiones, Chan tiene previsto modificar la prueba olfativa utilizada para los adultos con elementos que puedan ser más reconocibles.
Encontrar a niños que sufren alteraciones del olfato también puede ser complicado. Muchos niños con covid son asintomáticos, y otros pueden ser demasiado jóvenes para verbalizar lo que les ocurre o reconocer lo que les falta.
No obstante, según McClay, el beneficio potencial de este sencillo tratamiento compensa el costo y las posibles dificultades que conlleva su aplicación en niños. Los kits de entrenamiento olfativo para adultos se venden por menos de $50.
“No hay datos que nos indiquen que esto sirva”, dijo Chan. “Pero si nadie se preocupa por analizar este problema, entonces no se va a resolver”.