Cuando fui al centro de imágenes para mi mamografía habitual el año pasado, la recepcionista me preguntó si me gustaría hacerme una mamografía “3-D” en lugar de la prueba estándar.
“Es más precisa”, me explicó.
¿Qué puedes responder cuando te dicen eso? “¿No, gracias, prefiero tener la prueba que no es precisa?”. Por supuesto, acepté.
Es probable que un número creciente de mujeres se enfrente a una elección similar en los próximos años, a medida que los centros de imágenes de todo el país agregan una mamografía tridimensional (3D), conocida también como tomosíntesis digital del seno, a las opciones para las mujeres que usualmente se hacen una mamografía común, bidimensional.
Lo que aún no está claro es si esta tecnología más nueva y más cara es mejor para detectar el cáncer de seno más mortal. Entonces, ¿debería ser ampliamente recomendada? ¿Y quién debería asumir el costo adicional involucrado?
De acuerdo con la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), 3,915 instalaciones certificadas de imágenes de mamografías ofrecieron tomosíntesis digital de seno en lo que va de enero. Eso es un fuerte aumento con respecto a enero del año pasado, cuando fueron un total de 3,011.
Algunas instalaciones han cambiado completamente a imágenes tridimensionales, pero muchas tienen ambas, según los expertos.
“Hay mucha presión de marketing para ofrecer estas nuevas máquinas”, dijo Robert Smith, vicepresidente de detección de cáncer en la American Cancer Society.
Ambos tipos de pruebas usan tecnología de rayos X para crear imágenes del seno. Las mamografías digitales bidimensionales -que se realizan en la mayoría de las mujeres- suelen proporcionar imágenes frontales y laterales, mientras que para la prueba 3-D los rayos X se arquean a través del pecho, creando múltiples imágenes del tejido mamario.
Para las mujeres la experiencia es la misma, porque ambas exploraciones implican comprimir el seno entre dos placas.
Los estudios generalmente han demostrado que la prueba 3-D es un poco mejor para detectar el cáncer que la prueba 2-D, y las mujeres generalmente tienen que regresar con menos frecuencia para tener imágenes adicionales. Pero el jurado todavía está deliberando sobre si la tecnología más nueva es mejor para identificar los cánceres avanzados que serán más letales.
“Los cánceres no siempre progresan y matan a las personas”, explicó la doctora Etta Pisano, directora científica del Centro de Investigación e Innovación del Colegio Americano de Radiología y profesora de la Facultad de Medicina de Harvard. Pisano liderará un ensayo clínico de cinco años con 165,000 mujeres que comparará los dos tipos de exámenes de detección para evaluar si la nueva tecnología reduce el riesgo de desarrollar cánceres potencialmente mortales.
“Si la tomosíntesis está mejorando la probabilidad que las mujeres sobrevivan a sus cánceres de seno, debería haber menos cánceres que sean más propensos a matar mujeres entre los 4.5 años desde la evaluación. Como la tomosíntesis los detectó temprano, nunca llegarán a ser cánceres malos”, dijo Pisano.
El sobrediagnóstico es una de las desventajas potenciales de esta tecnología, opinó el doctor David Grossman, presidente del Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos. La prueba más sensible detecta más lesiones mamarias cuyo significado clínico no está claro, lo que puede dar lugar a que las mujeres reciban más pruebas y tratamientos que no necesitan. Algunas investigaciones sugieren que la tasa de biopsia es ligeramente más alta con mamografías 3-D.
Bajo la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA), la mayoría de los planes de salud deben cubrir los servicios preventivos recomendados por el equipo de trabajo sin cobrar a los pacientes nada de su bolsillo. El grupo recomienda mamografías cada dos años para mujeres de 50 a 74 años, pero dice que no hay suficiente evidencia para recomendar mamografías 3-D en este momento.
La cobertura por parte del seguro de pruebas en 3-D ha mejorado en los últimos años, pero no está garantizada. La prueba 3-D generalmente cuesta alrededor de $50 más que una prueba 2-D, según un estudio de 2015 de Truven Health Analytics que fue financiado por Hologic, un fabricante de sistemas de mamografía 3-D. Medicare también cubre pruebas 3-D.
Un número creciente de estados exige que las aseguradoras comerciales cubran mamografías en 3-D, incluidos Arkansas, Texas, Connecticut, Maryland, Illinois y Pennsylvania.
Mi estado, Nueva York, también requiere cobertura, sin ningún costo de bolsillo. Aunque no tuve que pagarlo, la explicación de los beneficios que obtuve de mi aseguradora indica que la porción 3-D de la prueba agregó $51 al costo de $157 de la mamografía.
“Los costos son altos para las nuevas tecnologías”, dijo Pisano. “Tal vez sean mejores, pero necesitamos pruebas antes de recomendarlas a toda la población”.
Entonces, si te ofrecen una prueba 3-D, ¿deberías tenerla?
“Si el examen está disponible sin costo adicional, los datos que tenemos ahora nos dicen que tiene algunas ventajas”, dijo Smith. Por otro lado, “cualquier mujer que se siente estresada por el costo adicional… debería sentirse cómoda haciéndose una mamografía con regularidad”, finalizó.