Los grupos antivacunas están explotando el sufrimiento y la muerte de las personas que se enferman después de recibir la vacuna contra covid, lo que amenaza con socavar la campaña de vacunación más grande en la historia de los Estados Unidos.
En algunos casos, están inventando historias de muertes que nunca ocurrieron.
“Esto es exactamente lo que hacen los grupos antivacunas”, dijo el doctor Peter Hotez, especialista en enfermedades infecciosas y autor de “Preventing the Next Pandemic: Vaccine Diplomacy in a Time of Anti-Science”.
Los grupos antivacunas han afirmado falsamente durante décadas que las vacunas infantiles causan autismo, tejiendo fantásticas teorías de conspiración que involucran al gobierno, las grandes empresas y los medios de comunicación.
Ahora, los mismos grupos culpan a las vacunas de problemas médicos que estos pacientes ya tienen, incluso cuando está claro que la edad o las condiciones de salud subyacentes son las responsables, dijo Hotez.
A medida que más personas mayores reciben sus primeras dosis, muchas inevitablemente sufrirán ataques cardíacos, derrames cerebrales y otros problemas médicos graves, no relacionados con la vacuna sino, más bien, con su edad y deterioro de la salud, dijo el epidemiólogo Michael Osterholm, director del Centro de Investigación y Políticas de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota.
Por ejemplo, en un grupo de 10 millones de personas, aproximadamente la cantidad de estadounidenses que han sido vacunados hasta ahora, casi 800 personas de entre 55 y 64 años mueren típicamente de ataques cardíacos o enfermedades coronarias en una semana, explicó Osterholm.
Los funcionarios de salud pública “no están preparados” para la avalancha de noticias e historias de las redes sociales que se avecinan, advirtió.
“Los medios de comunicación escribirán una historia de que John Doe recibió su vacuna a las 8 am y a las 4 pm tuvo un ataque al corazón”, dijo Osterholm en su podcast semanal. “Harán suposiciones de que es causa y efecto”.
Los funcionarios de salud pública deben hacer un mejor trabajo comunicando los riesgos, reales e imaginarios, de las vacunas, opinó Osterholm, quien ha estado asesorando al presidente Joe Biden sobre la pandemia, desde su elección.
Los grupos antivacunas como el National Vaccine Information Center y el Children’s Health Defense, fundado por Robert F. Kennedy Jr., ya están avivando los temores sobre un puñado de muertes, principalmente en Europa, que han seguido al lanzamiento mundial de las inmunizaciones.
En un blog, Kennedy se burló de los resultados de la autopsia que concluían que la muerte de una mujer portuguesa no estaba relacionada con una vacuna. Puso en duda las declaraciones de las autoridades médicas de Dinamarca que dijeron que la muerte de dos personas después de vacunarse se debieron a la edad y a la enfermedad pulmonar crónica.
En una entrevista, Kennedy dijo que las muertes posteriores a la vacunación de algunos pacientes muy frágiles y con enfermedades terminales en Noruega, que vivían en hogares, son una señal de peligro. Los funcionarios noruegos han dicho que estos pacientes murieron por sus enfermedades subyacentes, no por la vacuna.
“La coincidencia está resultando ser bastante letal para los receptores de la vacuna contra COVID”, escribió Kennedy. Describió las muertes como sospechosas, acusando a los funcionarios médicos de seguir un “una guía de propaganda de vacunas demasiado familiar” y “artimañas estratégicas”.
Aquí en los Estados Unidos, los que se oponen a las vacunas se han aprovechado de la tragedia del doctor Gregory Michael, un obstetra-ginecólogo de Florida de 56 años, para sembrar dudas sobre la seguridad de las vacunas y la supervisión del gobierno.
Michael murió el 5 de enero después de sufrir una caída catastrófica de las plaquetas, elementos en la sangre que controlan el sangrado, lo que sugiere que pudo haber desarrollado trombocitopenia inmune.
Según una posteo en Facebook de su esposa, Heidi Neckelmann, los médicos probaron una variedad de tratamientos para salvar a su esposo, pero ninguno funcionó.
Un vocero de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) dijo que la agencia está investigando la muerte de Michael, al igual que todos los problemas de salud sospechosos relacionados con las vacunas.
Las autoridades de California han recomendado interrumpir las vacunas de un lote particular de Moderna debido a una alta tasa de reacciones alérgicas.
“Tenemos que hacer un seguimiento de cada uno de estos casos”, dijo Osterholm. “No quiero que la gente piense que los estamos barriendo debajo de la alfombra”.
Muchos estadounidenses ya estaban nerviosos por las vacunas contra covid, y el 27% dijo que “probablemente o definitivamente” no recibirían una inyección, incluso si las inyecciones fueran gratuitas y los científicos las consideraran seguras, según una encuesta de diciembre de KFF. (KHN es un programa editorialmente independiente de KFF).
Estas personas pueden ser particularmente susceptibles a la información errónea sobre las vacunas, dijo Rory Smith, investigador de First Draft News, una organización sin fines de lucro que informa sobre noticias falsas que circulan por internet.
Una condición rara
Siete expertos en trastornos sanguíneos entrevistados por KHN dijeron que no hay suficiente información disponible para culpar a la vacuna del declive de Michael, y que los beneficios demostrados de las vacunas superan ampliamente cualquier riesgo potencial de hemorragia.
Incluso si los investigadores concluyen que la vacuna causó la muerte de Michael, aún sería un evento increíblemente raro, dado que se han administrado más de 21.8 millones de dosis.
“Nadie debería pensar en si la vacuna es segura o no”, dijo el doctor James Zehnder, hematólogo y director de patología clínica de Stanford Medicine.
El trastorno hemorrágico de Michael podría haberse desarrollado silenciosamente durante algún tiempo, dijo el doctor Adam Cuker, director del Penn Blood Disorders Center en el Hospital de la Universidad de Pennsylvania. Podría ser una coincidencia que Michael comenzara a mostrar síntomas poco después de la vacunación, agregó.
Aproximadamente 30 estadounidenses son diagnosticados con trombocitopenia inmunitaria cada día.
El momento de la enfermedad de Michael sugiere que tuvo otra causa, dijeron los médicos. Según la publicación de Facebook de su esposa, sus problemas de sangrado comenzaron tres días después de su primera vacuna de covid. El cuerpo necesita de 10 a 14 días después después de la vacunación para generar anticuerpos, que serían necesarios para causar trombocitopenia inmunitaria, explicó la doctora Cindy Neunert, hematóloga pediátrica del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.
En la mayoría de los casos, la causa de la trombocitopenia nunca se conoce, agregó el doctor Deepak Bhatt, director ejecutivo de programas cardiovasculares intervencionistas del Brigham and Women’s Hospital en Boston.
En raras, ocasiones, la trombocitopenia inmune está relacionada con ciertas vacunas, con aproximadamente 26 casos por cada millón de dosis de la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola.
Pero también puede ser causada por los propios virus, incluido el sarampión y el nuevo coronavirus, dijo el doctor Sven Olson, profesor asistente de hematología y oncología médica en la Escuela de Medicina de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregon.
Muchos pacientes con trombocitopenia inmunitaria ahora se preguntan si deberían vacunarse contra covid, dijo Cuker.
Cuker dijo que insta a los pacientes ansiosos a que se vacunen, y señaló que cualquier problema podría manejarse monitoreando de cerca sus niveles de plaquetas y, si es necesario, ajustando la medicación.
Incluso en pacientes con afecciones hemorrágicas subyacentes, “sigue siendo más seguro vacunarse que contraer covid”, dijo Zehnder.
“Si administras una vacuna a un número suficientemente grande de personas, habrá eventos adversos raros, pero también habrá eventos que coinciden temporalmente, pero que no están relacionados con la vacuna”, dijo Cuker.
“Si un grupo antivacunas utiliza un solo caso, donde no se ha demostrado ningún vínculo, para disuadir a las personas de vacunarse, es terrible”.
Barbara Loe Fisher, presidenta del Centro Nacional de Información sobre Vacunas, dijo que su sitio brinda información equilibrada de fuentes de noticias de renombre, como CNN, CBS y el Miami Herald, así como Pfizer y los CDC.
En una entrevista con KHN, Kennedy dijo que cuestiona por qué los funcionarios del gobierno se han apresurado a descartar las conexiones entre las vacunas y las muertes.
“No desanimamos a nadie a que se vacune”, dijo Kennedy. “Todo lo que estamos haciendo es transmitir los datos, que es lo que debería hacer el gobierno. Imprimimos la verdad, que es lo que deberían hacer las agencias médicas”.
¿Datos alternativos?
Los opositores a la vacunación han minimizado las preocupaciones sobre el nuevo coronavirus durante meses, oponiéndose a las máscaras y luchando contra las órdenes de quedarse en casa y el rastreo de contactos, dijo Richard Carpiano, profesor de políticas públicas y sociología en la Universidad de California-Riverside.
“Se han manifestado en contra de todas las medidas de salud pública para controlar la pandemia”, agregó Carpiano. “Han dicho que la salud pública es el enemigo público número 1”.
Recientemente, estos activistas han estado tan ansiosos por desacreditar las inmunizaciones que han culpado a covid por la muerte de personas que están muy vivas.
Los usuarios de las redes sociales editaron selectivamente un video de una enfermera de Tennessee, Tiffany Dover, para que pareciera que cayó muerta después de vacunarse, cuando en realidad simplemente se desmayó, dijo Dorit Reiss, profesora de la Escuela de Derecho de UC Hastings en San Francisco.
Aunque Dover se recuperó rápidamente, los usuarios publicaron en las redes sociales un certificado de defunción y un obituario falsos. Los activistas antivacunas también acosaron a Dover y a su familia por internet, dijo Reiss, quien relató la terrible experiencia en un blog.
Los activistas contra las vacunas son expertos en manipular videos, dijo Smith.
“Son conocidos por usar videos e imágenes que supuestamente muestran los efectos adversos de las vacunas, como el autismo en los niños y las convulsiones en otros receptores”, agregó Smith. “Cuanto más emotivos y gráficos sean los videos y las imágenes, independientemente de si están realmente vinculados a las vacunas o no, mejor”.
En diciembre, varias publicaciones de Facebook afirmaron falsamente que una enfermera de Alabama había muerto después de recibir una de las primeras dosis del estado. Un usuario de Twitter llegó a identificar a la enfermera como Jennifer McClung, quien trabajaba en el Hospital Helen Keller en Sheffield, Alabama.
De hecho, McClung murió de covid. Las publicaciones en las redes sociales se compartieron tanto que los funcionarios del Departamento de Salud de Alabama se comunicaron con todos los hospitales del estado para confirmar que ningún miembro del personal vacunado había muerto.
Los grupos anti vacunas a menudo construyen fábulas en torno a “una minúscula partícula de verdad”, dijo Smith. “Es por eso que la información errónea, específicamente la información errónea sobre vacunas, puede ser tan convincente… Pero esta información casi siempre se toma completamente fuera de contexto, lo que genera afirmaciones que son engañosas o completamente falsas”.
El Instituto Ron Paul para la Paz y la Prosperidad tergiversó una noticia sobre la muerte de 24 personas en un hogar de adultos mayores en el norte del estado de Nueva York, culpando incorrectamente a las vacunas para covid.
Sin embargo, el artículo original señaló que este hogar había sufrido un brote de covid a fines de diciembre, antes de que los residentes recibieran alguna vacuna. Las vacunas, que requieren dos dosis para una protección completa, no llegaron a tiempo para salvar la vida de los seniors.
En su blog, Kennedy repitió la información errónea, culpando incorrectamente de las muertes de los residentes a las vacunas.
Distorsionar los hechos para desalentar la vacunación es “muy irresponsable y perjudicial para la salud pública”, expresó Cuker.
Esta historia fue producida por KHN, que publica California Healthline, un servicio editorialmente independiente de la California Health Care Foundation.