SACRAMENTO, CA. — El gobernador Gavin Newsom anunció el sábado 18 de marzo que se había seleccionado al fabricante de medicamentos genéricos Civica, con sede en Utah, para producir insulina de bajo costo para el estado, una medida sin precedentes que cumple su promesa de poner al gobierno estatal en competencia directa con las versiones de marca de las farmaceúticas que dominan el mercado.
“La gente no debería verse obligada a endeudarse para obtener recetas que salvan vidas”, dijo Newsom. “Los californianos tendrán acceso a algunas de las insulinas más económicas disponibles, lo que les ayudará a ahorrar miles de dólares cada año”.
El contrato, con un costo inicial de $50 millones que Newsom y los legisladores demócratas aprobaron el año pasado, estipula que Civica produzca insulina de marca estatal y ponga el medicamento a disposición de cualquier californiano que lo necesite, por correo y en las farmacias locales, independientemente de si tenga o no seguro de salud.
Y la insulina es solo el comienzo. Newsom dijo que el estado también buscará producir naloxona, el fármaco que revierte las sobredosis de opioides.
Allan Coukell, vicepresidente sénior de políticas públicas de Civica, le dijo a California Healthline que el fabricante de medicamentos sin fines de lucro también está en conversaciones con la administración de Newsom para producir potencialmente otros medicamentos genéricos. Pero se negó a dar más detalles y dijo que la compañía se enfoca primero en hacer que la insulina económica esté ampliamente disponible.
“Estamos muy entusiasmados con esta asociación con el estado de California”, dijo Coukell. “No buscamos tener el 100% del mercado, pero sí queremos que el 100% de las personas tenga acceso a insulina a un precio justo”.
A medida que los costos de la insulina para los consumidores se han disparado, los legisladores y activistas demócratas han pedido a la industria que los controle. Apenas unas semanas después que el presidente Joe Biden atacara a las grandes farmacéuticas por aumentar los precios de la insulina, los tres fabricantes de medicamentos que controlan ese mercado, Eli Lilly and Co., Novo Nordisk y Sanofi, anunciaron que reducirían drásticamente los precios de lista de algunos productos.
Newsom, quien anteriormente acusó a la industria farmacéutica de estafar a los californianos con “precios altísimos”, argumentó que el lanzamiento de la marca de genéricos estatal, CalRx, sumará competencia y ejercerá presión sobre la industria.
Funcionarios de la administración no dijeron cuándo estarían disponibles los productos de insulina de California, pero expertos dicen que podría ser tan pronto como en 2025. Coukell remarcó que el medicamento de marca estatal aún requerirá la aprobación de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA), lo que puede demorar unos 10 meses.
La Pharmaceutical Research and Manufacturers of America, que cabildea en nombre de las empresas de marca, criticó la medida de California. Reid Porter, director senior de asuntos públicos estatales de PhRMA, dijo que Newsom solo “quiere sumar puntos políticos”.
“Si el gobernador quiere tener un impacto significativo en lo que los pacientes pagan por las insulinas y otros medicamentos, debería expandir su enfoque a otros en el sistema que a menudo hace que los pacientes paguen más por los medicamentos”, dijo Porter, culpando a las empresas intermediarias, conocidas como administradores de beneficios de farmacia, que negocian con los fabricantes en nombre de las aseguradoras para reembolsos y descuentos.
La Pharmaceutical Care Management Association, que representa a estos administradores, argumentó a su vez que son las compañías farmacéuticas las culpables de los altos precios.
Expertos en precios dicen que los administradores de beneficios farmacéuticos y los fabricantes de medicamentos comparten la culpa.
Funcionarios de la administración Newsom dicen que los costos inflados de la insulina obligan a algunos a pagar hasta $300 por vial o $500 por una caja de plumas inyectables, y que demasiados californianos con diabetes se saltan o racionan sus medicamentos. Esto puede provocar ceguera, amputaciones y afecciones potencialmente mortales, como enfermedades cardíacas e insuficiencia renal. Casi el 10% de los adultos de California tienen diabetes.
Civica está desarrollando tres tipos de insulina genérica, conocida como biosimilar, que estarán disponibles tanto en viales como en plumas inyectables. Se espera que sean intercambiables con productos de marca, incluidos Lantus, Humalog y NovoLog. Coukell dijo que la compañía pondría a disposición el medicamento por no más de $30 por vial, o $55 por cinco plumas inyectables.
Newsom dijo que la insulina estatal le ahorrará a muchos pacientes entre $2,000 y $4,000 al año, aunque siguen sin respuesta preguntas críticas sobre cómo California pondrá los productos en manos de los consumidores, incluida la forma en que persuadiría a las farmacias, las aseguradoras y los minoristas para que distribuyan los medicamentos.
El año pasado, Newsom también obtuvo $50 millones en capital inicial para construir una instalación para fabricar insulina; Coukell dijo que Civica está explorando la construcción de una planta en California.
El movimiento de California, aunque nunca antes lo había intentado un gobierno estatal, podría verse afectado por las recientes decisiones de la industria para reducir los precios de la insulina. En marzo, Lilly, Novo Nordisk y Sanofi se comprometieron a reducir los precios. Con Lilly ofreciendo un vial a $25 por mes, Novo Nordisk prometió importantes reducciones que llevarían el precio de un vial genérico particular a $48, y Sanofi fijó un vial a $64.
La oficina del gobernador dijo que le costará al estado $30 por vial para fabricar y distribuir insulina y se venderá a ese precio. Si lo hace, argumenta la administración, “evitará el atroz cambio de costos que ocurre en los juegos de precios farmacéuticos tradicionales”.
Expertos en precios de medicamentos dijeron que la producción de genéricos en California podría reducir aún más los costos de la insulina y beneficiar a las personas con planes médicos con deducibles altos o sin seguro.
“Este es un movimiento extraordinario en la industria farmacéutica, no solo para la insulina, sino potencialmente para todo tipo de medicamentos”, dijo Robin Feldman, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de California en San Francisco. “Es una industria muy difícil de quebrantar, pero California está lista para hacer precisamente eso”.