Unas pocas noticias sobre una potencial nueva pandemia de gripe es suficiente para hacer que los científicos se empiecen a desesperar por los huevos.
Se preocuparon por ellos en 2005, y en 2009, y están preocupados ahora. Es porque millones de huevos de gallina fertilizados siguen siendo el ingrediente principal para fabricar vacunas que, con suerte, protegerán a las personas contra el brote de una nueva cepa de gripe.
“Es casi cómico usar una tecnología de los años 40 para una pandemia del siglo XXI”, dijo Rick Bright, quien dirigió la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado (BARDA) del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) durante la administración Trump.
Pero agregó que no es tan gracioso cuando la formulación actualmente almacenada contra el virus de la gripe aviar H5N1 requiere dos dosis y una cantidad asombrosa, 90 microgramos de antígeno, pero proporciona solo una inmunidad media. “Solo para Estados Unidos, se necesitarían gallinas poniendo 900,000 huevos cada día durante nueve meses”, explicó Bright.
Y eso si las gallinas no se infectan.
Un virus de la gripe aviar que se está propagando rápido ya ha diezmado a bandadas completas de aves, gatos de granero y a otros mamíferos. También se han registrado vacas infectadas en nueve estados, y al menos tres personas en Estados Unidos se infectaron, lo suficiente como para atraer la atención de la salud pública una vez más sobre el potencial de una pandemia global.
Al 30 de mayo, los únicos casos confirmados de infección humana fueron trabajadores de tambos en Texas y Michigan, quienes experimentaron irritación ocular. Dos se recuperaron rápidamente, mientras que el tercero desarrolló síntomas respiratorios y estaba siendo tratado con un medicamento antiviral en su casa.
Sin embargo, la propagación del virus entre múltiples especies en un área geográfica amplia eleva la amenaza de que más mutaciones puedan producir un virus que se propague de humano a humano a través de la transmisión aérea.
Si esto ocurre, la prevención comienza con el huevo.
Para hacer materia prima para una vacuna contra la gripe, el virus se cultiva en millones de huevos fertilizados. A veces no se desarrolla bien, o muta hasta el punto que el producto de la vacuna estimula anticuerpos que no neutralizan el virus, o el virus salvaje muta y la vacuna no puede luchar contra él.
Y siempre existe la aterradora perspectiva de que las aves salvajes puedan llevar el virus a los gallineros necesarios para la producción de vacunas.
“Una vez que esos gallos y gallinas caen, no tienes vacuna”, dijo Bright.
Desde 2009, cuando una pandemia de gripe porcina H1N1 se propagó por el mundo antes que la producción de vacunas pudiera comenzar, los investigadores y los gobiernos han estado buscando alternativas. Se han invertido miles de millones de dólares en vacunas producidas en células de mamíferos e insectos que no presentan los mismos riesgos que las vacunas que se basan en huevos.
“Todos saben que las vacunas basadas en células son mejores, más inmunogénicas y ofrecen mejor producción”, dijo Amesh Adalja, especialista en enfermedades infecciosas del Centro de Seguridad de la Salud de la Universidad Johns Hopkins. “Pero están en desventaja debido a la fuerza de la fabricación basada en huevos”.
Las empresas que fabrican las vacunas contra la gripe basadas en células, CSL Seqirus y Sanofi, también tienen miles de millones invertidos en líneas de producción basadas en huevos que no están ansiosas por reemplazar. Y es difícil culparlos, dijo Nicole Lurie, subsecretaria asistente de preparación y respuesta del HHS bajo el presidente Barack Obama, quien ahora es directora ejecutiva de CEPI, la organización global, sin fines de lucro, de lucha contra epidemias.
“La mayoría de las empresas de vacunas que respondieron a una epidemia —Ébola, Zika, covid— terminaron perdiendo mucho dinero”, dijo Lurie.
Las excepciones fueron las vacunas de ARNm creadas para el covid, aunque incluso Pfizer y Moderna han tenido que destruir cientos de millones de dosis de vacunas no deseadas a medida que disminuyó el interés público.
Pfizer y Moderna están probando vacunas contra la gripe estacional hechas con ARNm, y el gobierno está solicitando ofertas para vacunas de ARNm contra la gripe pandémica, dijo David Boucher, director de preparación para enfermedades infecciosas en la Administración para la Preparación y Respuesta Estratégica del HHS.
Bright, cuya agencia invirtió $1,000 millones en una fábrica de vacunas contra la gripe basadas en células en Holly Springs, Carolina del Norte, dijo que “de ninguna manera podemos luchar contra una pandemia de H5N1 con una vacuna basada en huevos”. Pero por ahora, hay poca opción.
BARDA ha almacenado cientos de miles de dosis de una vacuna contra una cepa del H5N1 que estimula la creación de anticuerpos que parecen neutralizar el virus que circula actualmente. Podría producir millones de dosis más de la vacuna en cuestión de semanas y hasta 100 millones de dosis en cinco meses, dijo Boucher a KFF Health News.
Pero las vacunas actualmente en la reserva nacional no coinciden perfectamente con la cepa en cuestión. Incluso con dos dosis que contienen seis veces más sustancia que las vacunas contra la gripe típicas, las vacunas almacenadas solo fueron parcialmente efectivas contra las cepas del virus que circulaban cuando se fabricaron, dijo Adalja.
Sin embargo, BARDA actualmente está apoyando dos ensayos clínicos con un virus candidato para la vacuna que “coincide bien con el que hemos encontrado en las vacas”, dijo Boucher.
Los fabricantes de vacunas contra la gripe están empezando a preparar las vacunas de este otoño, pero eventualmente el gobierno federal podría solicitar que la producción se cambie a una cepa dirigida a la pandemia.
“No tenemos la capacidad para hacer ambas cosas”, dijo Adalja.
Por ahora, la Administración para una Respuesta y Preparación Estratégica (ASPR) tiene una reserva de vacunas pandémicas a granel y ha identificado sitios de fabricación donde se podrían completar 4.8 millones de dosis sin detener la producción de la vacuna contra la gripe estacional, dijo la jefa de ASPR, Dawn O’Connell, el 22 de mayo.
En 2005, funcionarios intentaron diversificarse, alejándose de las vacunas basadas en huevos, cuando la gripe aviar afectó al mundo por primera vez, y con mayor vigor después del fiasco de 2009.
Pero “con los recursos que tenemos disponibles, obtenemos el mayor rendimiento de nuestra inversión y el mejor valor para los contribuyentes estadounidenses cuando aprovechamos la infraestructura estacional, y eso todavía se basa principalmente en huevos”, dijo Boucher.
Las empresas de vacunas contra la gripe “tienen un sistema que funciona bien en este momento para lograr sus objetivos con la fabricación de la vacuna estacional”, dijo. Y sin un incentivo financiero, “creo que estaremos aquí con huevos por un buen tiempo”.
Esta historia fue producida por KFF Health News, conocido antes como Kaiser Health News (KHN), una redacción nacional que produce periodismo en profundidad sobre temas de salud y es uno de los principales programas operativos de KFF, la fuente independiente de investigación de políticas de salud, encuestas y periodismo.